Para los bebés en crecimiento, la hora de la pancita es gran cosa. Acostarlo en el suelo, boca abajo, es en realidad un gran entrenamiento que acondiciona los brazos del bebé, sus hombros, su cuello y los músculos de la parte superior de la espalda. La única pregunta es, ¿Cómo tu bebé se siente sobre la hora de la pancita? Algunos bebés se pegarán a la tierra como un caracol, mientras que otros pueden resistirse a veces y por lo general, acompañado de agitación y lamentos. Si tu bebé resulta difícil de persuadir, trata de estimular este importante ritual con las siguientes modificaciones:
Proporcionar entretenimiento
La próxima vez que coloques a tu bebé boca abajo, intenta colocar su libro de imágenes favorito o un juguete justo en frente de el/ella. Esto podría distraer a tu bebé de pensar, «Hey! Porqué ellos me pusieron boca abajo, sobre mi estomago?» Si un juguete lo pone a gusto, es posible que desees considerar la posibilidad de invertir en la hora de la pancita como un gimnasio que esté diseñado para proporcionar un amplio entretenimiento al bebé, asumiendo esta nueva y desconocida posición.
Añadir alguna perspectiva
Una vez que tu bebé comience a mostrar signos de control de su cabeza y su cuello (generalmente alrededor de los 3-4 meses), puedes añadir un poco de picante al momento de la pancita, apoyándolo con una almohada de lactancia o un cojín pequeño. Simplemente coloca la almohada debajo de los brazos y el pecho del bebé y observa lo que sucede a continuación. Para algunos bebés, una perspectiva elevada puede voltear su disposición sobre la hora de la pancita y pasar de un «No way» a un «Woohoo!»
Emitir algunos jugadores de apoyo
Has que el estómago sea un asunto social. Tan pronto como tu bebé esté en el suelo, acerca tu rostro al de el/ella y háblale. Si alguien más está en casa, puedes animarlo a él o ella a unirse a la fiesta también. Incluso la presencia de una mascota familiar puede ser lo suficiente para mantener a tu bebé felizmente ocupado y sin distracciones durante el tiempo de la pancita.
