En este momento, las comidas con su hijo pequeño pueden hacerle sentir como si estuviera viviendo en la época medieval. Su hijo se sienta en el trono real mientras usted, es el bufón de la corte, trata desesperadamente de que el/ella coma su comida. Las cucharas se caen, la comida vuela más allá de su cabeza, y usted comienza a preguntarse si usted realmente quiere estar en esa posición.
Pero no tema. A esta edad, el rechazo de alimentos – especialmente de verduras – es un comportamiento bastante estándar para los niños pequeños. Si sucede en su comedor, hay algunas maneras de recuperar el control.
Tenga en cuenta que se trata de una etapa de desarrollo saludable
Cada día, los niños pequeños tienen una mejor comprensión del mundo que les rodea, y con el tiempo empiezan a anhelar más independencia. Los niños pequeños no tienen nada más que hacer sino comer y dormir, sin embargo, es allí donde entra el tema de lo “quisquilloso o exigente” cuando se trata de comer.
No importa si a su hijo le encantaron las verduras la semana pasada o incluso durante el snack de la media tarde. El/ella probablemente va a resistirse ante un montón de comida a esta edad, y esto es especialmente cierto en lo que se refiere a las verduras. Seamos realistas: las verduras no son tan sabrosas como muchos otros alimentos – y algunas investigaciones sugieren que los niños pequeños pueden tener razones evolutivas para evitar los sabores amargos que perciben de las verduras. Aceptar que el hecho de ser quisquilloso al comer, es una parte normal del desarrollo del niño pequeño, podría quitarles mucha presión a ambos durante las comidas. Así como también, puede facilitarle para que vaya pensando en otras posibles soluciones.
Práctica el E.V.M. (Exposición vegetal múltiple)
Incluso si su niño pequeño no quiere comer un vegetal una noche, no asuma que usted debe quitarlo de la lista de las compras para el resto de la eternidad. Las investigaciones demuestran que es más probable que los niños terminen gustándole un alimento si ya lo han visto y lo han probado varias veces, incluso hasta 15 veces. Tanto como su niño pequeño pueda hacer un alboroto, cada vez que usted sirva el vegetal, el/ella va acercarse un poco más hasta gustarle.
Resista el impulso de forzar o sobornar
La mendicidad, el soborno o la exigencia de que su niño coma sus verduras pueden ponerse en contra a largo plazo. Eso pone mucha presión en el/ella para hacer algo que debería surgir naturalmente en el largo plazo. Además, los niños pequeños son inteligentes. Ellos saben que si sus padres están presionando o sobornándolos a hacer algo, es porque probablemente es desagradable. Así que por ahora, trate de dejar que fluyan las cosas y pretenda que comer verduras no es el súper espectáculo. Después de todo, cuando consiga que su niño pruebe un bocado, lo está exponiendo al sabor de esa verdura, lo cual puede ayudar a que después le sea familiar para el/ella y tal vez, menos rechazada en las próximas comidas.
Póngase del lado creativo de su niño
Pueden ser potencias nutricionales, pero la mayoría de las verduras no tienen el mismo atractivo visual que las frutas de colores brillantes como la piña, duraznos y arándanos. En este punto su niño puede ser capaz de detectar un vegetal verde que viene a una milla de distancia, y probablemente sabrá todos sus nombres. Considere la posibilidad de hacer la hora de la comida más divertida mediante la organización de los alimentos de manera única, y la mezcla de alimentos coloridos con los menos coloridos. Un estudio encontró que los niños comían más vegetales cuando las verduras tenían nombres divertidos, como «zanahorias con visión de rayos X».
¿Es usted una mala influencia?
Una cosa final a tener en cuenta, es qué tipo de impacto ha logrado en su niño. ¿Come usted las verduras que le sirve a su pequeño? Dándole un ejemplo de comer vegetales, aumenta la probabilidad de que el/ella también los coma. ¿Le dice a su hijo que no se puede levantar de la mesa hasta que se haya comido todas las verduras? Alentar a su hijo a terminar su plato es útil, pero hacer que termine sus verduras, fuerza la idea de que las verduras son algo con lo que se sufre y no se disfruta. Tenga en cuenta cómo se acerca a la idea de comer las verduras con su hijo, porque el/ella podría estar recibiendo algunas señales que no sabía usted que estaba enviando indirectamente.
Enseñarle a su niño a comer todo tipo de frutas y verduras puede ser difícil al principio. Se necesita mucho trabajo para lograr que un comedor quisquilloso pueda terminar su plato de verduras. Pero mientras sea paciente, usted y su niño llegarán a un punto, en donde las verduras no son un dolor para la realeza.
Fuentes
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«My Toddler Hates Vegetables, What Can I Do?» KidsHealth. Nemours Foundation, Nov 2014. Web.
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Gwen Dewar. «Cure for a picky eater: Evidence-based tips for getting kids to eat good foods.» ParentingScience. Gwen Dewar, PhD., 2013. Web.
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B. Wansink, DR Just, CR Payne, MZ Klinger. «Attractive names sustain increased vegetable intake in schools.» Preventive Medicine. 55(4):330-2. Oct 2012. Web.
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Samantha J. Caton, Pam Blundell, Sara M. Ahern, Chandani Nekitsing, Annemarie Olsen, Per Møller, Helene Hausner, Eloïse Remy, Sophie Nicklaus, Claire Chabanet, Sylvie Issanchou, and Marion M. Hetherington. «Learning to Eat Vegetables in Early Life: The Role of Timing, Age and Individual Eating Traits. Public Library of Science. 9(5): e97609. May 30 2014. Web.