Tu y tu niño(a) son veteranos astutos en el juego del sueño, y ambos han estado trabajando juntos casi dos años enteros en lo que respecta a la hora de acostarse. Pero a medida que tu niño(a) se acerca a su segundo cumpleaños pueden surgir algunos cambios.
¿Cuándo y cómo será el sueño del niño(a) durante este edad?
La mayoría de los niños pequeños a esta edad necesitan de 11 a 14 horas de sueño en un ciclo de 24 horas. Entre 1 a 3 horas de este sueño pueden suceder durante el día, en una o dos siestas. Es alrededor de este tiempo que muchos niños realizan la transición de dos siestas a solo una, pero hay otros niños(as) que prefieren aferrarse a las dos siestas por un tiempo más. Incluso puede haber uno o dos que estén listos para dejar las siestas por completo, aunque no tantos como aquellos niños(as) que “piensan” que están listos.
Complicaciones del sueño alrededor de esta edad
Alrededor de esta edad, muchos niños pequeños muestran que están listos para reducir su tiempo de sueño en las siestas, tratando de resistirse a dormir cuando llega la hora de la siesta. Esto puede ser parte del proceso normal de reducir dos siestas durante el día a tan solo una, pero también puede significar cierta resistencia a la hora de acostarse en general. A veces, la resistencia a la hora de acostarse o a la siesta, es un signo de que tu niño(a) ha crecido la necesidad de una siesta diurna, pero en otras ocasiones, sólo puede significar que simplemente el/ella no quiere ir a dormir todavía – ya sea que el/ella lo necesita o no. La creciente independencia de tu niño(a), sus grandes sentimientos, y su curiosidad sobre el mundo, son razones por las que quizás tu niño(a) se siente tan feliz que no quiere dejar de jugar y explorar ni siquiera cuando es hora de ir a la cama.
La resistencia al sueño cuando se trata de una protesta contra la injusticia de cortar la hora del juego, es una situación donde justamente se necesita tener una fuerte rutina de ir a dormir que pueda favorecer a toda la familia. La hora de juego es genial, pero si tu niño tiene una historia favorita que le gusta que le leas a la hora de acostarse, o si el/ella se divierte mucho tomando un baño, puede ser un poco más fácil la transición hacia la cama. Tener una rutina para acostarse que se sienta más como tener la oportunidad de hacer algo (como acurrucarse en la cama y leer una historia o cantar una canción), en lugar de tener que dejar de hacer algo (como correr por la casa en su disfraz de Halloween), es una forma disimulada de canalizar sus actividades de menor energía, y a su vez, pueden ayudarle a su transición hacia la hora de acostarse. Sin embargo, si el/ella está resistiéndose al sueño, hay una buena probabilidad de que necesite un poco más de tiempo para relajarse, por lo que comenzar la rutina de acostarse un poco más temprano, puede ayudar a mantener todo en marcha.
Si tu familia termina tomando una siesta durante este tiempo, tratando de que sobreviva al menos una siesta a la mitad del día, puede ayudarle a evitar cualquier colapso del sueño que pueda suceder después. Esta siesta también puede estirarse un poco más para compensar el sueño perdido – las siestas que van desde 1 a 3 horas de largo no son infrecuentes. Por otra parte, muchos niños todavía se benefician de dos siestas al día, y aunque eso puede programar su día un poco más difícil, tener un niño(a) mejor descansado en sus manos, definitivamente puede ayudar a equilibrar esa dificultad.
Fuentes
- Rupal Christine Gupta. “Naps.” KidsHealth. The Nemours Foundation, April 2016. Web.
- National Sleep Foundation. “National Sleep Foundation Recommends New Sleep Times.” Sleep Foundation. National Sleep Foundation, February 2 2015. Web.
- M. Weissbluth. “Naps in children: 6 months-7years.” Sleep. 18(2): 82-7. Web. February 1995.
- “Infant Sleep.” Stanford Children’s Health. Stanford Children’s Health, 2017. Web.