«Feliz cumpleaños a…¿¡quién!?”
Las fiestas de cumpleaños pueden ser muy divertidas: decoraciones, cantos, y ¿quién puede olvidar el pastel? Sin embargo, para los niños pequeños, estas fiestas también pueden ser un poco confusas. Después de todo, no parece justo que solo un niño reciba juguetes nuevos – especialmente para los pequeños cuya palabra favorita es probablemente «mía». Aunque puede haber algunas lágrimas, las fiestas de cumpleaños son una gran experiencia de aprendizaje, ya que presentan la oportunidad de enseñarle a tu chiquitín algunas valiosas lecciones de vida.
Para tu peque, sentirse ignorado en una fiesta, y preguntándose por qué no hay nada para él, no se trata de ser travieso o egoísta. Los niños pequeños son naturalmente egocéntricos, ya que apenas están empezando a aprender que hay todo un mundo ahí fuera, y que no están en el centro de él. Este es un concepto difícil de entender para los pequeños, y puede que le tome un tiempo para trabajar a través de esos sentimientos de confusión y celos, pero tu chiquitín lo superará.
Aún así, es importante reconocer sus sentimientos, y poner un giro positivo en estas emociones. Hay maneras de ayudarle a que se sienta contento e incluido en el día especial de otra persona – puede que te cueste un poco más de esfuerzo.
- Involúcrate: A los niños pequeños les encanta ayudar, e involucrar a tu pequeñín en la preparación de la fiesta puede ayudar a crear emoción para el evento. Si la fiesta es para otro hermano, por ejemplo, puedes dejar que ayude a poner algunas direcciones. Si la fiesta es organizada por otra persona, puedes pedirle a tu pequeñín ser tu ayudante cuando estás envolviendo el regalo o cocinando una golosina para traer. Esto ayudará a que se sienta incluido y genere emoción.
- Explica en términos sencillos: Si tu peque se inquieta por no poder soplar las velas, llévalo a un lado y proporciona una explicación fácil de cómo funcionan los cumpleaños. Dile algo como: «Hoy es el día especial de Suzie, y muy pronto, tú también tendrás un cumpleaños». Puedes redirigir sus emociones preguntando qué tipo de fiesta le gustaría tener el año que viene, o qué tipo de pastel, para convertir el ceño fruncido al revés.
- Promueve la felicidad a favor de otros: Quieres que tu pequeñín crezca siendo un gran apoyo para sus amigos y familiares, y esta es una gran primera oportunidad para abrir una conversación sobre cómo es importante encontrar la felicidad en la alegría de los demás. Solo recondándole cuán feliz el regalo ha hecho a la cumpleañera puede ayudar a sentirse bien por traerle emoción a alguien más.
Las fiestas de cumpleaños son un buen lugar para practicar habilidades importantes como compartir y esperar. Aunque tu chiquitín puede no estar encantado de compartir el centro de atención, o de tener que esperar hasta su día especial, tu peque puede aprender a encontrar alegría en la felicidad de los demás viendo a alguien más disfrutar de la atención.
Proporcionándole una pequeña muestra de aprecio, como una bolsa de regalos, es una manera perfectamente buena de apreciar su paciencia, pero resiste el impulso de darle un regalo de verdad. Esta práctica puede molestar al niño o niña que cumple años, y preparará el escenario para esa expectativa para todas las fiestas de ahora en adelante.
Si todo lo demás falla, y esta no es la fiesta donde empieza a entenderlo, siempre hay una opción para eventualmente redirigir su atención a comer pastel. Eso es suficiente para hacer sonreír a cualquier niño pequeño.