Es imposible de recordar, pero hubo un tiempo en que no sabías absolutamente nada sobre el mundo. ¿Te imaginas ver un pájaro por primera vez ahora mismo? ¿Una pequeña criatura con plumas volando por el aire? Te sorprenderías totalmente y probablemente tendrías un millón de preguntas. ¿Pueden todos los animales hacer eso? ¿Es seguro? ¿Le gusta al pájaro? ¿Qué hay del viento? ¿Puedo volar? ¿Por qué no?
Así es como tu pequeñín se siente acerca de casi todo, incluso de cosas que pueden parecer menos excitantes que la idea de volar. Tu bebé está aprendiendo todos los días, y es súper curioso sobre el mundo que le rodea. Tu chiquitín probablemente va a pasar mucho tiempo preguntándote por qué algo es como es o por qué quieres que haga algo. ¿Por qué tu pequeñín está preguntando?
- No entiende algo y necesita tu ayuda para averiguarlo.
- Está tratando de entablar una conversación. ¡Qué educado!
- No recuerda la última vez que hablaste de ello.
- Quiere escuchar el sonido de tu voz.
- Piensa que es una palabra divertida de decir.
- Le gusta poder comunicarse contigo.
- No quiere hacer lo que le pides y trata de distraerte.
- Quiere que cambies de opinión sobre algo.
- Está aburrido.
Las explicaciones funcionarán en algunos casos, pero cuando tu peque pregunta «¿Por qué?», es probable que no está buscando una respuesta. Es por eso que podrías encontrarte tratando de responder las mismas preguntas una y otra vez sin ver ningún resultado.
Una vez que hayas dado la respuesta «real» a un «¿Por qué?», podrías no saber que hacer después. ¿Cómo puedes responder a esta pregunta aparentemente eterna? Un truco que muchos padres encuentran útil es regresarle la pregunta a tu pequeñín. Pregúntale qué piensa que es la respuesta.
«Ponte los zapatos, por favor».
«¿Por qué?»
«¿Por qué crees?»
«¿Porque nos vamos?»
«¡Sí, lo tienes!»
Incluso con preguntas menos prácticas como, «¿Por qué brilla tanto el sol?», puedes preguntarle a tu pequeñín si tiene alguna teoría. Los niños pequeños son realmente creativos, y cuando su objetivo es iniciar una conversación contigo, esta es una gran manera de extenderla más allá de «Es una estrella realmente caliente y brilla luz sobre nosotros mientras la tierra gira alrededor de ella».
También puedes intentar responderle con otra pregunta para guiarlo hacia la respuesta. «¿Por qué tengo que cenar?» «¿Qué pasará si no lo haces?» «¿No tendrás hambre más tarde?» Si tu chiquitín puede responder a tus preguntas, tu chiquitín puede responder a su propia pregunta.
No vas a ser capaz de satisfacer todas las preguntas de «¿Por qué?» de tu niño pequeño, pero puedes fomentarlo para mantener la curiosidad de su mundo haciendo todo lo posible para participar con sus preguntas. No te sientas mal si no puedes convertir cada pregunta en una oportunidad de aprendizaje – a veces la razón del «por qué» nos vamos a la cama es simplemente que estás agotada, y eso es suficiente.