Cómo hablarle a los hijos sobre la pubertad

Puede parecer que la infancia fue ayer, pero cuando tu pequeñín está en mitad de la escuela primaria, está más cerca de necesitar desodorante que de necesitar pañales. Todos sabemos que la pubertad pasa, pero compartirles los entresijos del crecimiento puede resultar intimidante. Si tu hijo o hija ha empezado a oler más después de un duro día de juego o si intuyes la necesidad de un sujetador de entrenamiento en un futuro no tan distante, es posible que te estreses pensando cómo hablar sobre los cambios de su cuerpo. Sigue leyendo para saber más sobre cómo hablarle sobre la pubertad. 

Reconoce que no va a ser una sola conversación

A menudo, los padres piensan que tienen que abordar todos los hechos de la vida en «la charla». En realidad, la mayoría de las discusiones sobre temas importantes deberían repetirse una y otra vez a medida que crecen, con una profundidad cada vez mayor. No hace falta que intentes abordarlo todo en una conversación y, de hecho, los niños aprenden más cuando divides las cosas en trozos más pequeños. 

Utiliza la vida real para empezar la conversación

No hace falta que te sientes cara a cara con una presentación de PowerPoint para que se entere de cómo cambiará pronto su cuerpo. En su lugar, utiliza cosas que suceden en la vida cotidiana para iniciar la conversación. La próxima vez que pasees por el centro comercial con tu hija y pases por delante de la sección de sujetadores, ten una charla rápida sobre cómo puede notar que su cuerpo cambia pronto y que es del todo normal. O, cuando tu hijo te vea poniéndote desodorante, aprovecha para hablarle de por qué pronto lo incorporará a su rutina diaria. 

Pregúntale qué sabe o qué nota

A veces, como padres, no sabemos tanto sobre lo que los niños saben como creemos. Puede ser útil empezar cada conversación con una rápida comprobación de lo que sabe o puede haber experimentado. Una pregunta tan sencilla como «¿Qué has oído sobre la menstruación?» puede darte una pista tanto de la información práctica que conoce como de las creencias o actitudes que ha aprendido de sus compañeritos o de los medios de comunicación. Otra forma sencilla de iniciar una conversación es preguntarle si ha notado alguna diferencia entre niños y adultos. Por ejemplo, puedes preguntarle si se ha dado cuenta de que la voz de los hombres suena diferente a la de los niños más pequeños o de que algunos adolescentes llevan bigote, pero los niños de su edad tienen la cara lisa.    

Que sea positivo o neutro

Como adultos, los cambios del cuerpo asociados a la pubertad pueden hacer aflorar grandes sentimientos sobre nuestras propias experiencias o las actitudes de nuestra familia de origen. Sin embargo, la pubertad no tiene por qué significar lo mismo para nuestros hijos que para nosotros. Intenta transmitir la información que deseas compartir de forma positiva o neutra. No empieces con lo molesto que es tener el periodo cada mes o lo dolorosos que pueden ser los cólicos. En lugar de eso, comparte la información que quieras compartir y deja que lleguen a sus propios sentimientos personales sobre lo que está por venir. 

Céntrate tanto en lo emocional como en lo físico

Los cambios que vienen a la mente cuando se piensa en la pubertad suelen ser los más visibles para el mundo exterior. Aunque es importante hablar de los cambios físicos que se producen en la pubertad, también es importante hablar de los cambios emocionales. Hazle saber que es normal que se pregunte por su cuerpo y por el de los demás, que tanto ellos como algunos de sus compañeritos pueden empezar a sentir enamoramientos y que los cambios en la amistad pueden ser confusos pero normales.

Sé receptiva a las preguntas

Una de las cosas más importantes que un padre o una madre puede hacer a medida que crece es ser un espacio seguro para hacer preguntas y mantener conversaciones difíciles. Hazle saber que siempre estás disponible para responder a sus preguntas y haz todo lo posible por contestarlas de manera abierta y honesta cuando acudan a ti. Si te plantea una pregunta que no sabes cómo responder, hazle saber que lo pensarás y te pondrás en contacto en breve. 

Cada etapa de la parentalidad tiene sus retos y, durante los años intermedios de la escuela primaria, uno de los más importantes puede ser la navegación por nuevas conversaciones. Al pensar en hablarle de la pubertad (enlace en inglés), recuerda que siempre que seas abierta y sincera, sabrá que estás a su lado en los próximos años.


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