Todas las familias tienen una concepción del dinero un poco diferente, pero tanto si tu familia se inclina más por el gasto como por el ahorro, es probable que en algún momento tengas que decidir si tu hijo o hija recibirá una mesada. Algunas familias creen que dar una mesada es una buena manera de enseñarles responsabilidad financiera, mientras que otras piensan que en realidad los niños no necesitan dinero propio.
Decidir si dar una mesada o no puede parecer una decisión difícil. Es importante recordar que tu hijo o hija estará bien elijas lo que elijas, siempre que te comprometas a hablarle de manera abierta sobre el tema. Sigue leyendo para saber más sobre lo que debes tener en cuenta si decides dar una mesada o no.
Si decides dar una mesada:
Elige una fórmula para decidir cuánto y síguela
Muchos expertos recomiendan dar 50 centavos o un dólar a la semana por año de edad. Eso significa que, si tiene 8 años, recibiría 4 u 8 dólares a la semana. Elige una fórmula que funcione para tu familia y síguela a medida que crezca o sus hermanos pequeños se hagan mayores.
Hablen de lo que ustedes seguirán comprándoles y de lo que ellos tendrán que comprar para sí mismos
Uno de los escollos más comunes de las mesadas es que padres e hijos no se pongan de acuerdo sobre su finalidad. Por lo usual, los padres compran todas las «necesidades» y les animan a que guarden su dinero para algún «deseo» especial, como un juguete o un videojuego al que le hayan echado el ojo. Si hay otras cosas que quieres enseñar a través de la mesada, como la importancia de hacer donaciones a la caridad, deberás discutir tus expectativas por adelantado y considerar la posibilidad de ajustar la fórmula que utilizas para determinarla en consecuencia.
Que los quehaceres y la mesada sean independientes entre sí
Cuando condicionas la mesada a que hagan los quehaceres, les quitas la motivación intrínseca para contribuir al hogar familiar. Se debe esperar que los niños ayuden y hagan quehaceres, pero vincular esas tareas a la mesada puede dar lugar a luchas de poder y a un malentendido de lo que significa contribuir a la familia solo porque deben hacerlo.
Si optas por no dar una mesada:
Decide cómo vas a manejar sus deseos
Sin dinero propio (ni forma alguna de ganarlo), tendrás que decidir en familia cómo manejar sus diversos deseos a lo largo del año. ¿Harán una lista para las vacaciones y los cumpleaños? ¿Comprarás juguetes u otros artículos cada uno o dos meses?
Prepárate para compartir tu «por qué»
Aunque no todas las familias dan una mesada, es lo bastante habitual como para que quieran saber por qué no la reciben. Piensa bien tus razones y prepárate para compartírselas para que estén de acuerdo.
Piensa en otras formas de ayudarles a aprender sobre finanzas
Muchos padres de familia que dan una mesada lo hacen para que los hijos aprendan a gastar, ahorrar y manejar sus finanzas básicas. Sin ella, es posible que desees ofrecer estas lecciones de otras maneras. Puedes leer libros sobre el gasto y el ahorro, u ofrecerle la oportunidad de «ahorrar» con algo que no sea dinero (como pegatinas o canicas) para algo que en realidad quiera.
Aunque tener una mesada puede ser una forma estupenda de que los niños aprendan sobre finanzas y compren las cosas que quieren, no es la única. Los valores de tu familia, tu situación económica y los objetivos que les tengas quizá influyan en tu decisión de darles una mesada o no. Elijas lo que elijas, no te equivocarás si le hablas de manera abierta y trabajas para satisfacer sus necesidades de la forma que creas más conveniente