Entre despertares, comidas y llantos, ¿cómo se supone que los padres pueden dormir un poco?
Dar prioridad al sueño
Dormir no es lo único que se deja de lado cuando hay un bebé en casa, pero sin duda es una de las cosas más importantes. Antes de tener hijos, el sueño suele ser una de las primeras cosas que sacrificamos para tener tiempo de hacer todas las demás cosas que tenemos que hacer. La colada, los platos, un puñado de correos electrónicos del trabajo que empiezan a llegar justo cuando tienes que volver a casa… todo esto puede parecer algo que deberías poder hacer rápidamente antes de permitirte dormir un poco.
Pero dormir no es un lujo: es una necesidad, sobre todo cuando hay un bebé en casa. El cansancio afecta a todo, desde la coordinación hasta el estado de ánimo, así que cuando se acerque la hora de dormir, recuerda que el sueño es una prioridad, y que no pasa nada por dejar los platos en el fregadero, dejar que suene el buzón de voz del teléfono y dormirse en cuanto lo haga el niño/a.
El poder de la siesta
«Dormir mientras el bebé duerme» es un consejo muy común entre los padres de recién nacidos, pero a medida que el bebé crece, resulta difícil continuar. Al fin y al cabo, «friega los platos mientras el bebé friega los platos» no existe, y todos necesitamos ocuparnos de las tareas en algún momento. Las siestas empiezan a parecer un lujo, pero quizá te haga la vida más fácil aceptar que una breve recarga puede hacerte sentir mejor. Incluso 15-20 minutos para un adulto pueden cambiarle la vida y es poco probable que afecten negativamente al sueño nocturno.
Aunque no siempre consigas dormirte en el acto, tomarte ese tiempo para tumbarte y cerrar los ojos puede ayudarte a recargar energías.
Micro-niñera
Puede que aún no te sientas preparada para dejar a tu bebé en casa con una canguro ajena a la familia, pero aunque creas que no estarás lista para ello hasta dentro de unos meses, hay momentos en los que te vendría bien un pequeño descanso. Pero, ¿y si tu pareja está ocupada y todos los abuelos no están disponibles? Cuando esto ocurra, piensa en contratar a una canguro el tiempo suficiente para echarte una siesta de una o dos horas. Si acabas de dar de comer al bebé, estará bien sin ti durante un rato, y tú podrás dormir la siesta con la seguridad de que en la habitación de al lado se ocupan de él.
Y si algo va mal, la canguro puede llamar a la puerta de tu habitación y tú estarás allí para salvar el día. Si el presupuesto es ajustado, considera la posibilidad de intercambiar una o dos horas de cuidados con otro nuevo padre o amigo.
«Lo único que quiero por Navidad es dormir»
A medida que te haces mayor, las cosas que realmente quieres y necesitas empiezan a convertirse en las cosas que es imposible que otra persona te dé: 3 horas más al día, un trayecto más corto, la oportunidad de recuperar una o dos elecciones. Querer una siesta puede parecer otra de esas cosas que es a la vez todo lo que necesitas y algo que nunca podrás pedir, pero merece la pena intentarlo. Si se acerca un cumpleaños, unas vacaciones o un aniversario y alguien te pregunta qué te gustaría que te regalaran, prueba a decirle que te gustaría disfrutar de unas horas de cuidado infantil tranquilo en el momento de agotamiento que tú elijas. Piensa en ello como tu propia versión de los cupones para besos y abrazos que tu bebé podría regalarte como regalo de cumpleaños dentro de unos años.
Sacar la leche: no sólo para trabajar
Para los padres que amamantan a sus hijos, puede resultar difícil compartir las responsabilidades de la alimentación nocturna. Sacar la leche puede ayudar a algunos. Si aún no lo haces, considera la posibilidad de sacarte la leche en lugar de levantarte para dar el pecho. Para algunas personas, esta forma de compartir las tareas nocturnas mejora el descanso, aunque haya que despertarse brevemente para sacarse la leche. Merece la pena experimentar sacando la leche si la alimentación Atrás para dormir es un reto.
Control del ruido
Para ser tan pequeños, los bebés hacen mucho ruido. Tener la cuna o el moisés del bebé en tu habitación por la noche puede reducir el tiempo que tardas en darle el pecho, pero el ruido del sueño puede dificultar que te quedes dormida. Por otro lado, incluso si tu bebé duerme en su propia habitación al final del pasillo, cuando le toca a tu pareja darle de comer y puedes oír lo que pasa, puede mantenerte casi tan despierta y en vilo como si te hubieras levantado de la cama con él. Una máquina de ruido blanco puede ser tu nueva mejor amiga.
Control de la cafeína
Sabes que tienes que mantener el sueño durmiendo la siesta cuando lo hace tu bebé, pero dormir a la orden puede ser más fácil de decir que de hacer, incluso si estás totalmente agotada. Reducir el consumo de cafeína para combatir el cansancio puede sonar contradictorio, pero dejar de tomar café después de comer puede ayudarte a conciliar el sueño más fácilmente cuando encuentres tiempo para echar una cabezadita o simplemente a la hora de acostarte.
Ceder sin rendirse
A veces, hay momentos en los que no puedes dormir, aunque tu bebé esté durmiendo la siesta a pierna suelta, y nada te gustaría más que unirte a él. En lugar de estresarte por la falta de sueño, intenta relajarte. Si te preocupa la lista de tareas pendientes, escribe un diario o elige una cosa para hacer. Después, dedica el resto del tiempo a relajar el cuerpo y la mente. Tal vez puedas relajarte escuchando tu programa favorito o un podcast. También puedes escuchar música y hacer estiramientos. Una ducha o un baño también pueden ser una buena forma de relajarse y dormir. ¿Quién sabe? Después de todo, puede que te duermas.
Revisado por el Equipo Clínico de Ovia Health