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sasirin pamai/iStock/Getty Image Plus via Getty Images

No te dejes abatir por la disfunción del suelo pélvico posparto

El suelo pélvico es un complejo grupo de músculos que ayudan a sostener los órganos pélvicos, incluidos el útero, la vejiga y los intestinos. Piensa en él como si fuera una hamaca que se extiende desde el hueso púbico hasta el coxis y que sostiene todo lo que hay en medio, incluido el útero en crecimiento durante el embarazo.

No es de extrañar, por tanto, que tanto el embarazo como el parto afecten al suelo pélvico. Durante un parto vaginal, los músculos del suelo pélvico se estiran hasta tres veces su longitud habitual para permitir que el bebé atraviese el canal de parto. Después, es posible que tus músculos no funcionen de la misma manera.

Una complicación frecuente después del parto

Aproximadamente el 24% de las mujeres de EE.UU. padecen disfunción del suelo pélvico, que se produce cuando los músculos del suelo pélvico no funcionan correctamente. Esto suele ocurrir porque se han estirado, debilitado o dañado durante el embarazo y el parto.

Hasta el 50% de las mujeres en edad fértil presentan algún signo de PFD, con síntomas que pueden comenzar durante el embarazo o hasta un año después de dar a luz. Otros factores que pueden aumentar el riesgo de padecer DFP son el estreñimiento crónico, las lesiones de espalda baja, la obesidad, la endometriosis, el SII y la cistitis intersticial.

Signos y síntomas de los problemas del suelo pélvico

Algunas mujeres con PFD pueden presentar un solo síntoma. Otras experimentan múltiples síntomas. A continuación se indican algunos de los más comunes:

  • Dolor pélvico, incluidos espasmos musculares
  • Pérdidas de orina al estornudar, toser, reír o saltar (incontinencia de esfuerzo).
  • Sensación de pesadez vaginal o abultamiento de la vagina (prolapso de órganos pélvicos).
  • Relaciones sexuales dolorosas durante o después del coito.
  • Dificultad para vaciar completamente la vejiga.
  • Sensación de necesidad de orinar todo el tiempo
  • Dolor de espalda baja
  • Dolor en el perineo
  • Estreñimiento

¿No sabes qué hacer?

Aunque la PFD puede resultar embarazosa y aislante, es importante que sepas que no estás sola y que existen varios tratamientos que pueden ayudarte, desde medicación hasta biorretroalimentación y fisioterapia. Sus síntomas también pueden mejorar de forma natural a medida que se cura y se recupera del parto.

Si cree que puede padecer una DFP, comente sus opciones con su profesional de la salud. También puede leer nuestro artículo sobre cuándo considerar ver a un especialista del suelo pélvico para obtener más información sobre los diversos tratamientos de PFD.

Revisado por el equipo clínico de Ovia Health

Fuentes:

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