A las 23 semanas de posparto, ya has superado la barrera de los cinco meses. Es de esperar que a estas alturas te sientas más cómoda en tu nuevo papel y que hayas adquirido un ritmo diario con tu pequeño. En cualquier caso, todavía podrías estar experimentando algunos cambios físicos y obstáculos emocionales. Esto es lo que debes saber.
Tu cuerpo
Tu bebé lleva ya casi seis meses fuera de tu vientre. Y aunque es probable que veas grandes cambios en su desarrollo, la recuperación total de los efectos del embarazo, el parto y el amamantar puede tardar un poco más.
Cambios musculares
Hasta un 60% de las mujeres desarrollan diástasis de rectos durante el embarazo. Este ensanchamiento entre los músculos abdominales puede hacer que el vientre sobresalga ligeramente y, aunque no suele ser permanente, alrededor del 40% lo sigue teniendo seis meses después del nacimiento.
Es probable que tus piernas y brazos se hayan fortalecido al levantar, sostener y hacer rebotar a tu bebé. Aun así, puede llevar un tiempo recuperar totalmente la fuerza y el tono muscular. Al igual que con cualquier transformación física, es aconsejable centrarse en un progreso lento y constante en lugar de en resultados rápidos.
Menstruación
Si ya no amamantas exclusivamente a tu bebé o estás empezando a darle alimentos sólidos, es muy probable que te haya venido el periodo. Los primeros ciclos después del embarazo pueden ser irregulares, pero nunca es demasiado pronto para empezar a pensar en el control de la natalidad, ya que los expertos recomiendan esperar entre 18 y 24 meses entre embarazos.
Piel y pelo
Aproximadamente nueve de cada diez mujeres desarrollan estrías durante el embarazo, y aunque las estrías a veces se atenúan, puede que nunca desaparezcan del todo. Debes saber que las estrías son muy comunes y que no hay nada que tengas que arreglar o cubrir. Sólo son un signo de tu increíble capacidad para crecer y llevar a un ser humano durante la mayor parte de un año.
Otros problemas cutáneos que podrías notar esta semana son la rosácea, los eccemas, la sensibilidad o los brotes hormonales relacionados con los cambios en la lactancia. También podrías empezar a perder pelo, si es que aún no lo has perdido. La cantidad de cabello que se cae después del parto es suficiente para que cualquiera entre en pánico, pero intenta no asustarte. Lo más probable es que recuperes la plenitud habitual cuando tu niño/a cumpla un año.
Tu salud mental
Es normal que no te sientas tú misma durante los primeros meses después del parto. A las 23 semanas, puede que te sientas agradecida, feliz y adaptada emocionalmente a tu nueva identidad como madre. Pero ten en cuenta que la depresión pos parto (DPP), la ansiedad y los problemas de imagen corporal siguen siendo frecuentes en esta etapa, aunque no hayas tenido síntomas hasta ahora.
Depresión posparto y ansiedad
Los síntomas de la DPP y la ansiedad a veces se solapan. Pueden incluir sentimientos persistentes de tristeza, preocupación constante, irritabilidad, pensamientos acelerados o cambios de humor. También puede manifestarse en forma de pensamientos intrusivos, que son pensamientos no deseados o aterradores que aparecen sin previo aviso. Si se siente deprimida o ansiosa durante más de dos semanas, póngase en contacto con su profesional de la salud o llame a la línea directa de Postpartum Support International.
Imagen corporal
Aproximadamente un tercio de las mujeres tienen problemas con su imagen corporal durante los seis primeros meses después del parto. Si tienes pensamientos negativos sobre tu aspecto o te sientes presionada para «volver» a tu físico de antes del bebé, recuerda lo increíble que ha sido tu cuerpo.
Has llevado y alimentado a un niño/a durante nueve meses en el vientre materno, luego lo has dado a luz y posiblemente lo hayas amamantado durante muchas semanas más. Intenta centrarte en estar emocionalmente sana y físicamente fuerte en lugar de en encajar en una talla determinada. Al final, esto no sólo te beneficiará a ti, sino también a tu niño/a.
Equilibrio entre trabajo y vida privada
Tanto si trabajas desde casa como si te desplazas al trabajo, compaginar la vida familiar con la profesional no es tarea fácil. Desde intentar ser productiva durmiendo poco hasta encontrar una guardería de confianza o sacarte la leche en el trabajo, tienes mucho que hacer.
En lugar de fijarte el objetivo poco realista de conciliar perfectamente la vida laboral y familiar, sé indulgente contigo misma durante esta etapa tan agitada. Los padres pueden tenerlo todo, pero quizá no todo el mismo día, así que no te preocupes si algunas cosas se quedan por el camino. Cada fase de la crianza es diferente, y no pasa nada si las prioridades cambian de un día para otro y de una semana para otra.
Revisado por el Equipo Clínico de Ovia Health
Fuentes
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