Antes de dar a luz, tu cuerpo naturalmente comienza a prepararse para amamantar. Durante este tiempo, puede ocurrir la congestión mamaria y tus pechos pueden hincharse a tamaños que no puedes creer y pueden sentirse tan duros como una roca. La congestión mamaria ocurre en cada embarazo y se resolverá naturalmente a sí mismo cuando dejes de amamantar, ya que se seca la leche con la que la mama se congestionó para alimentar.
¿Qué la causa?
Después del parto, el cuerpo femenino naturalmente produce leche – ¡es la manera en que la naturaleza se asegura de que hay alimento disponible para el bebé recién nacido! Incluso si planeas dar biberón, aún producirás leche. La leche se libera en los pechos y a través de la lactancia se hace disponible para un bebé. La estimulación de los pezones por una camisa o un sujetador puede causar la bajada de leche, y con ello un poco de goteo, y/o activará a los pechos para producir más leche. Los lloridos de un bebé también pueden provocar la bajada de leche.
Cuando el bebé está mamando, tal vez quieras usar compresas calientes para aliviar algo del dolor asociado con la congestión mamaria. Las compresas de agua fría utilizadas después de las compresas calientes pueden aliviar aún más la molestia. Aunque pueden utilizarse compresas de agua fría en cualquier momento, es probablemente mejor permanecer lejos de compresas calientes cuando no estás alimentando, ya que pueden causar la bajada de leche y más producción de leche.
¿Consejos?
Los extractores de leche o la extracción de leche a mano pueden aliviar la presión asociada con la congestión mamaria. Para las mujeres que no están amamantando, el usar un sujetador ajustado puede funcionar como un vendaje de presión, un tipo de, y alivia el dolor. Evitar la estimulación de los pezones puede también ayudar a convencer a los pechos que no es necesaria la producción de leche.
Fuentes
- «Breast Engorgement – Overview.» WebMD. WebMD, n.d. Web.
