La vida se mueve tan rápido que muchos de nosotros olvidamos detenernos a oler las rosas, o el aire que circula por nuestros hogares. Muchos adultos respiran y estornudan a través de rastros de moho o polvo, pero cuando tienes un bebé en casa, la calidad del aire se convierte en una importante consideración de salud.
Después de todo, el sistema inmunológico en desarrollo de tu bebé es más susceptible a los gérmenes y alérgenos que el de una persona promedio. Los estudios médicos incluso sugieren que hay una relación directa entre los ataques de asma y el aire sucio de la casa, por lo que querrás tomar medidas preventivas para asegurarte de que el oxígeno que tu bebé está respirando se mantenga limpio.
Paso # 1: ¡Ventila! La mejor manera de mantener el aire limpio que fluye por tu casa no es simplemente abrir una ventana, sino más bien instalar algunos ventiladores de ventana. Estos dispositivos equipados con filtros de 10 pulgadas se colocan entre una ventana y el alféizar. Juntos, crearán una corriente de aire interno libre de suciedad, moho y las emisiones de los coches del exterior.
Paso # 2: Vigila el clima. Incluso con un sistema de ventilación que funcione, es importante que veas el canal meteorológico para conocer las advertencias sobre la calidad del aire, especialmente si vives en un área urbana con congestión de tráfico y barrios industriales con mucha contaminación. Cuando el pronóstico sea malo, es mejor mantener las ventanas cerradas hasta que las condiciones mejoren.
Paso # 3: Lucha contra los ácaros del polvo. Quitar el polvo de tu casa puede ser una práctica habitual, haya o no un bebé a bordo, pero ahora que lo hay, ¡no olvides mantener a raya esos ácaros del polvo! Estos pequeños bichos propagan los alérgenos y les encanta meterse en los colchones y almohadas. Afortunadamente, invertir en ropa de cama a prueba de chinches suele detener a los ácaros también.
Paso # 4: Dí sí al jabón. Los productos químicos de limpieza para el hogar que incluyen fragancia son eficaces y huelen bien, pero también pueden irritar el sistema respiratorio de tu bebé. Intenta cambiarlos por limpiadores naturales como el jabón, el agua y el vinagre.
Paso # 5: Dí no a la madera. A algunos de nosotros nos encanta acurrucarnos junto a un fuego crepitante en medio del invierno. Desafortunadamente, el humo de la leña está lleno de hollín y carbono, ninguno de los cuales es bueno para que los bebés (o los adultos) lo inhalen.
Las plantas, sin embargo, pueden ser una gran ayuda para tener aire limpio. Ciertas plantas de interior, como las azaleas, los lirios de la paz y las palmeras de bambú pueden ayudar a purificar el aire, filtrando los compuestos orgánicos volátiles como el formaldehído y el benceno.
Paso # 6: Cuidado con los fumadores. Pocas cosas se aferran a la ropa como el humo de tabaco. El olor por sí solo puede requerir múltiples ciclos de lavado para limpiar completamente cualquier prenda con humo, dependiendo del tiempo que pases en un ambiente con humo o cerca de un fumador. Naturalmente, la forma más eficaz de mantener tu casa libre de este irritante es mantenerte alejado de los fumadores por completo. Si hay un fumador en tu casa, asegurarte de mantener el interior de la casa libre de humo puede marcar una gran diferencia.
Paso # 7: Detén la humedad. El moho y la humedad van juntos como los niños pequeños y las rabietas, y el resultado puede ser igual de sorprendente. Puedes evitar la acumulación de moho instalando un deshumidificador en tu casa. Este dispositivo no sólo mantendrá tu casa agradable y seca durante las temporadas más difíciles, sino que también puede actuar como una defensa de reserva contra esos nefastos ácaros del polvo.
Por otro lado, si vives en un área realmente seca, puedes usar un humidificador para ayudar a tu bebé a evitar la congestión. Los humidificadores de niebla fría no presentan el mismo peligro que los de niebla caliente. En los humidificadores de niebla caliente, el agua se calienta y puede ser peligrosa para los niños. Sólo asegúrate de seguir las instrucciones de cualquier humidificador para evitar la acumulación de moho.