La respuesta corta: todavía no. A largo plazo, es tu trabajo y el de tu pareja enseñarle a tu pequeño a mantenerse a salvo y a comportarse con educación. Pero ahora mismo, y durante los próximos meses de su vida, estará demasiado ocupado aprendiendo a funcionar física y cognitivamente como para aprender algo más avanzado. No sería justo, saludable, o útil comenzar a regañarlo a una edad tan temprana. Pero es cierto que, cuando sea mayor, tendrás que enseñarle a tu bebé que ciertos tipos de comportamiento no son seguros ni socialmente aceptables. Considera esta línea cronológica para guiarte.
De 0 a 6 meses:
Los primeros 6 meses de la vida de tu bebé son los más inocentes. Ten en cuenta que está experimentando todo, incluyendo sus propias habilidades mecánicas, por primera vez. Puede ser frustrante que tu bebé siga tirando puré de guisantes en el suelo durante la hora de comer, pero esto no es una provocación deliberada: es un acto de curiosidad. Así que cuando ocurran episodios como estos, resiste el impulso de enfadarte y haz lo mejor para mantener una conducta tranquila y recatada. Ya llegará el momento para darle lecciones de etiqueta más adelante.
De 7 a 12 meses:
Muchos expertos en infancia están de acuerdo en que una disciplina suave debe comenzar una vez que el bebé domine el gateo – «disciplina suave» significa hacerle saber que algunas cosas no son para tocarlas. Una vez que tu bebé haya logrado la capacidad de explorar el mundo sin tu ayuda, es importante establecer límites. Mantener los objetos potencialmente dañinos fuera de su alcance y hacer secciones a prueba de niños en tu casa ayudará, pero también debes comenzar a comunicarte verbalmente con él sobre las «zonas prohibidas» como los enchufes eléctricos. Probablemente sea demasiado pronto para que tu bebé entienda el significado de la palabra «no», por lo que, en su lugar, puedes intentar adoptar un tono de voz asustadizo o preocupado cuando se acerque a algo peligroso. En poco tiempo, tu bebé debería aprender a responder a ese tono de voz de forma adecuada. A veces incluso puede imitar el ruido que hagas.
De 1 a 2 años:
A medida que crecen las habilidades de comunicación y la confianza física del bebé, puedes empezar a explicarle que no está bien lanzar objetos domésticos o agarrar la cola del perro. Sólo prepárate para un poco de reacción vocal: estos límites repentinos sobre su recién descubierta libertad al gatear o caminar pueden provocar la primera rabieta. Y aunque todavía es demasiado pronto para mandarlo a su habitación o quitarle ciertos privilegios, las rabietas de la infancia deben ser atendidas. La mayoría de los padres encuentran que un abrazo, un juguete que les distraiga, o incluso una charla tranquila e informativa («No puedes bajar las escaleras todavía: son demasiado peligrosas») puede resolver estos colapsos emocionales.