El aire libre, por toda su belleza, es impredecible. Esta es la razón por la cual algunos padres son inquietos en llevar a sus bebés afuera. Pero los investigadores médicos han encontrado que si los padres se toman el tiempo para preparar a sus bebés ante cualquier elemento, la exposición al aire libre sería fantástico para la salud mental y física del cualquier bebé. Aquí hay algunas cosas a considerar antes de llevar a tu bebé al desierto.
El calor:
Siempre que se espera que la temperatura exterior sea más alta que solo una camiseta sudorosa, o que el sol esté realmente picante, vestir a tu bebé con ropa de colores claros lo mantendrá fresco y cómodo, así como también manteniéndolo en la sombra, siempre que sea posible. Pero tu mayor preocupación aquí será la hidratación, ya que las glándulas sudoríparas del bebé todavía están en desarrollo, por lo que es importante reconocer los signos de la deshidratación infantil. Éstos incluyen la piel caliente, una cara enrojecida e irritabilidad. Si embargo, esto no significa que debas comprar miles de botellas de agua, – De hecho, los bebés menores de 6 meses por lo general, no están listos para beber agua y los bebés de más de 6 meses pero con menos de un año de edad, todavía deben estar recibiendo la gran mayoría de su hidratación a partir de la leche materna o fórmula y solo deben beber agua con moderación. Una forma de reducir las probabilidades de frenesí sin líquidos es alimentarlo antes de salir al calor. También puedes ayudar a tu bebé poniéndole un sombrero y gafas de sol en esos días extra-brillantes, además por que es adorable ver a un bebé con sus mini-lentes de sol!. Sin embargo, aunque tomes todas estas precauciones, es importante mantener a tu bebé fuera del calor extremo siempre que sea posible y en un área bien ventilada.
El sol:
La piel de tu bebé es especialmente sensible al sol en este punto y no debería exponerse a la luz solar directa hasta que el/ella tenga por lo menos 6 meses de edad, ya que la Academia Americana de Pediatría recomienda no usar protector solar antes de los 6 meses de edad. La mejor manera de evitar una quemadura solar es mantenerlo fuera del sol, pero si eso no es posible, es importante cubrir la piel expuesta con ropa ligera, transpirable, sombreros, gafas de sol y mantas ligeras. También, es buena idea tratar de ajustar los horarios y programar las salidas de tal manera que no deban exponerse al sol picante, a cualquier edad, pero especialmente antes de los 6 meses.
Los zumbidos:
Claro, los insectos son plagas de un tamaño micro. Pero si un par de mosquitos pueden ocasionarle grandes ronchas a un adulto, imagínate cómo podrían irritar a alguien más pequeño. La mejor prevención para las picaduras de insectos es limitar la exposición mediante mosquiteros y mantener a tu bebé adentro durante las horas más difíciles. Además, para combatir los insectos, muchos padres aplican pequeñas cantidades de repelente de insectos a sus bebés antes de pisar un pie en esas áreas riesgosas. Pero antes de tomar la botella más cercana, echa un vistazo a la lista de ingredientes. La mayoría de los insecticidas contienen DEET, picaridin o IR3535. Estos productos químicos pueden evitar muchos insectos, pero de acuerdo con el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés), sólo deben aplicarse a bebés de 2 meses o más. Si tu bebé cumple la edad mínima, piensa en la palabra «minimalista» antes de aplicar cualquier aerosol. Sólo trata aquellas áreas de la piel que estén expuestas y nunca apliques repelente en las palmas de las manos de tu bebé. Y aunque el/ella podría no escuchar lo siguiente, es buena idea intentar desalentarlo de lamer el repelente. El repelente de insectos puede ser útil para algunos bichos, pero no mantiene alejado algunas especies como Yellow Jackets, avispas, abejas, avispones, hormigas o arañas.
La congelación:
Si la nieve y las temperaturas muy bajas son parte de tu ecosistema nativo, una de las primeras cosas que puedes hacer por tu bebé es bastante simple: ¡Cómprale un sombrero decente! Asegúrate de buscar un modelo que le cubra las orejitas y se pueda amarrar con un nudo en su barbilla. Luego, cuando llegue el momento de una excursión azotada por el viento, trata de vestirlo con una chaqueta cálida de bebé y luego envuélvele las piernas con una manta de lana (Los trajes de nieve son mejores guardarlos para cuando empiece a caminar). Tu bebé es tan susceptible al frío como tú, así que asegúrate de que esté tan envuelto como tu lo estás y en sus primeros meses de vida, agregar otra capa encima también podría ser buena idea. Lo más importante es prestar atención a tu bebé – Porque es el único que realmente puede saber si está lo suficientemente caliente. Por último, pero no menos importante, deja el cochecito en casa para los paseos de invierno y utiliza un cangurito para llevarlo cargado. De esta manera ambos estarán más calientes – solo asegúrate de que tu bebé no esté demasiado abrigado y comience a sobrecalentarse.