Si su bebé se irrita, llora más que de costumbre o si tiene fiebre, debes estar atento por si es una infección en el oído. Las infecciones del oído son muy comunes. Se presentan en casi todos los niños antes de los 3 años y suelen ser causados por bacterias o virus. Durante una infección del oído, el tubo que se conecta al oído medio del bebé no permite que el líquido se drene, lo que aumenta la presión detrás del tímpano y causa dolor en el bebé. Los bebés son especialmente susceptibles a las infecciones del oído porque tienen tubos cortos que no permiten que el líquido drene fácilmente, por lo que el oído se convierte en un caldo de cultivo para las bacterias.
¿Qué contribuye a los dolores de oído?
Hay muchos factores diferentes que contribuyen a los dolores de oído, e incluso el más cuidadoso de los padres no siempre puede prevenirlos, pero hay algunas condiciones que pueden hacer los dolores de oído más probables.
- Exposición al humo: El humo del tabaco actúa como un inmunosupresor, obligando al sistema inmune de los bebés a trabajar más duro para evitar las infecciones.
- Asistencia a la guardería: Las guarderías dibujan una gran cantidad de gérmenes y bacterias que los bebés pueden recoger durante el día y las enfermedades se pueden contagiar muy rápido entre los niños que asisten a la guardería.
- Uso de un chupete: Los médicos no están completamente seguros de por qué los chupones están relacionados con mayores casos de infecciones del oído, pero si tu bebé sufre de infecciones frecuentes del oído, intenta limitar el uso del chupete.
¿Cuales son los síntomas?
- Tirar o rascarse las orejas: Los bebés les hacen saber a sus cuidadores sobre su dolor a través de movimientos como este, que se cree que es un intento de aliviar la sensación de presión del líquido acumulado en sus oídos.
- Diarrea o vómito: La misma infección que se forma en el oído de un bebé también puede infectar su tracto gastrointestinal, así que esté al acecho de esos signos. Esto también puede conducir a la reducción del apetito.
- Líquido amarillo o blanco que drena del oído: Aunque este síntoma no aparece en muchos bebés con infecciones del oído, cuando aparece, es un signo seguro de una infección del oído. También puedes notar un olor fuerte y desagradable proveniente de la oreja del bebé.
¿Cómo debo tratar las infecciones del oído?
- Antibióticos: Aunque la mayoría de las infecciones de oído se curan por sí solas, tu proveedor de atención médica podría prescribirte antibióticos si la infección empeora. Los médicos se están volviendo más reacios a recetar antibióticos a los bebés para prevenir la resistencia a los antibióticos.
- Gotas de oído y compresas calientes: Estas pueden proporcionar una forma natural de ayudar a tu bebé a sentirse mejor y para que sea más rápida la recuperación.
¿Puedo prevenir los dolores de oído?
- Lactancia: Aunque definitivamente no es una manera de prevenir las infecciones de oído y no es la única manera de reducir el riesgo, muchos médicos creen que la leche materna contiene ciertos anticuerpos que ayudan a los bebés a luchar contra todos los diferentes tipos de enfermedades.
- Lávate las manos con frecuencia: Cuanto menos exposición tenga tu bebé a los gérmenes, menor será la probabilidad de que el/ella desarrolle una infección en el oído. Asegúrate de lavarte bien las manos antes de darle a tu bebé el juguete ballena Willy mojado!
La mayoría de las infecciones de oído se pueden curar dentro de una semana o dos, pero algunas pueden volverse crónicas si no se tratan. Si crees que tu bebé tiene una infección en el oído, consulta al médico inmediatamente.