A pesar de lo que las portadas de las revistas puedan sugerir, si acabas de dar a luz, el regreso de tu cuerpo a lo que era antes del embarazo no es solo una cuestión de dieta y ejercicio. Para la mayoría de las mujeres, algunas cosas de su cuerpo antes del embarazo son cosa del pasado. Después de haber dado a luz, incluso una vez que los músculos abdominales se hayan recuperado y el útero haya vuelto a su tamaño normal, lo más probable es que no te veas exactamente de la misma manera que antes de que naciera tu bebé. Caderas más anchas, un estómago más blando y estrías, por nombrar algunas, son completamente normales, y no hay nada de qué avergonzarse.
Mientras que la maternidad marca el comienzo de tu relación con tu retoño, es también el comienzo de una nueva relación contigo misma. Reconocer que tu cuerpo ha cambiado es la parte fácil; aceptar este hecho puede ser mucho más difícil. A continuación se presentan algunos puntos importantes a considerar mientras navegas el viaje hacia el amor de tu cuerpo después del bebé.
No juzgues tu nuevo cuerpo de inmediato
Después de aproximadamente 3 meses, la pérdida del peso de embarazo puede disminuir o incluso estancarse. Esto es completamente normal y no significa que debes estar convencida de que cualquier peso extra está ahí para quedarse. Sé paciente.
Deja que tu cuerpo guíe tu nivel de actividad
Aunque el ejercicio es una manera saludable de controlar el estrés, cambiar de escenario y aumentar tu confianza, es importante que escuches a tu cuerpo. Muchos proveedores de atención médica recomiendan esperar 6 semanas después del parto vaginal y 6 a 8 semanas después de una cesárea, pero sólo debes comenzar a hacer ejercicio cuando te sientas lista. Empieza caminando o practicando yoga suave y continúa desde allí. No te concentres en lo que parecías antes de tu bebé pero en todo lo que tu cuerpo aún es capaz de hacer. También es importante que consultes con tu proveedor de atención médica sobre los tipos y cantidades de ejercicio que haces mientras tu cuerpo se reajusta después del embarazo y el parto.
Mantente positiva
Esfuérzate por canalizar cualquier energía negativa sobre tu cuerpo hacia la gratitud por lo que te ha dado. Cuando necesites un recordatorio para que te trates con un poco más de compasión, mira a los ojos de tu bolita de amor y ¡recuerda esta cosita especial que has hecho!
Mantén tus prioridades
No siempre es fácil aceptar el cuerpo después del embarazo, pero nunca es demasiado tarde para ser gentil contigo misma. Una de las cosas más importantes que puedes hacer como madre es cuidarte a ti misma, lo que también te ayudará a cuidar mejor de tu bebé. ¡No tengas miedo de convertirte en una prioridad!
Entre los muchos desafíos que trae la maternidad, la aceptación de tu nuevo cuerpo es a menudo uno de los más difíciles. Esto tomará tiempo y paciencia, pero aprenderás a usar los cambios físicos de tu cuerpo como una fuente de poder y a amarte a ti misma tal como eres.