Golpearse la cabeza es probablemente la técnica de relajación más alarmante que tu bebé podría haber adoptado, pero no suele causar ningún daño duradero. Los bebés que prefieren las paredes y las barras de la cuna como superficies para golpear la cabeza pueden sufrir más golpes y moretones de los que te gustaría ver en tu peque, pero los golpes de cabeza para dormir no suelen estar relacionados con una contusión o daño cerebral. Por un lado, el dolor impide que los bebés se golpeen la cabeza con demasiada fuerza, y por otro, son demasiado jóvenes para producir la fuerza que necesitarían para causar mucho daño aunque quisieran. De hecho, los golpes en la cabeza a menudo no son un signo de nada malo.
En algunos casos, sin embargo, golpearse la cabeza puede ser su manera de distraerse de una fuente diferente de dolor, como una infección de oído o la dentición, y en otros casos raros puede ser un signo de un problema subyacente. Si estás preocupada, no dudes en sacarle una cita con su pediatra. Los niños que se golpean la cabeza y que también muestran retrasos en el desarrollo de las habilidades de comunicación, la capacidad de respuesta, y el juego imaginario, pueden estar mostrando signos tempranos de autismo.
El golpeteo de la cabeza suele comenzar a finales del primer año, alrededor de 9 meses, aunque el balanceo que a veces lo acompaña puede comenzar desde los 6 meses. Si no hay un problema de salud subyacente detrás del golpeteo, a menudo desaparece por sí solo para cuando cumpla 2 o 3 años. El golpeteo de cabeza y el balanceo pueden darse en las familias, es más común en los niños que en las niñas, y ocurre hasta en un 15 a 20% de los niños. Nadie sabe realmente por qué se produce el balanceo y el golpeteo de cabeza sin una causa médica subyacente, aunque algunos expertos creen que puede ser desencadenado por un cambio o un nuevo estrés en la vida del niño, o incluso después de un gran evento aunque sea normal, como caminar o empezar a hablar. Otros piensan que es una técnica de búsqueda de atención que podría ser una señal de que no está recibiendo suficiente contacto físico o atención.
Los médicos que creen que el golpeteo de la cabeza es un comportamiento de búsqueda de atención sugieren que hagas un esfuerzo para darle a tu bebé más atención durante el día, cuando no se está golpeando la cabeza, en lugar de apresurarte a prestarle atención cuando lo hace, porque podrías reforzar ese comportamiento. En su lugar, redirígelo o distráelo de golpearse la cabeza con técnicas reconfortantes a la hora de acostarse como dándole un baño, un masaje, o algunos apapachos — porque al demostrar preocupación y repetir que «no» cuando se golpea la cabeza, le estás proporcionando atencion negativa, lo cual incita a repetir el hábito.
La manera más establecida de lidiar con los golpes en la cabeza es simplemente esperar que desaparezcan, pero, como padre, puede ser muy difícil simplemente observar. Con el fin de evitar que tu bebé se haga daño a sí mismo, si te sientes cómoda con esto, considera la posibilidad de trasladar el área de descanso de tu bebé a un colchón aislado de la pared, o a un corralito de malla o a un cochecito para dormir, lo que evitará que encuentre superficies duras contra las cuales golpearse la cabeza.
Si estás planeando mantenerlo en la cuna durante la fase de golpearse la cabeza, ten en cuenta que los paragolpes o las almohadas en los bordes de la cuna todavía no son recomendables debido al riesgo de asfixia que suponen y porque los golpeadores de cabeza decididos a menudo encuentran maneras de evitarlos de todas formas. Comprueba que todos los tornillos y bisagras de la cuna estén bien apretados y seguros, ya que los golpes de cabeza pueden aflojarlos y debilitar la estabilidad de la cuna.
Si bien los golpes en la cabeza suelen ser totalmente normales y no hay nada de qué preocuparse, siempre es buena idea mencionarle esto al pediatra de tu bebé en la siguiente visita, sólo para que sepa lo que está pasando.
