Por supuesto que amas a tu bolita de amor, y por supuesto tu bolita te ama – los dos han estado construyendo un vínculo desde el día en que se conocieron, tanto si fue la primera vez que viste ese pequeño latido en el ultrasonido o el primer momento que fue colocado en tus brazos. Has creado una confianza cada día desde ese momento respondiendo a las necesidades de tu chiquitín y guiarlo a través de la inmensidad del mundo. El tema del panorama general está bastante bien establecido. Son los pequeños momentos del día a día los que pueden sentirse un poco más inciertos. Sí, tú y tu pequeñín están unidos eternamente por el vínculo padre-hijo. Tu chiquitín te ama. Pero, ¿le agradas? Si te encuentras con tu peque en una fiesta, ¿se llevarían bien los dos?
Sí. Tu bebé puede que no tenga el vocabulario para decírtelo todavía, pero tu influencia en su desarrollo es solo una parte de las formas en que ambos son perfectamente compatibles.
Cerca, lejos, dondequiera que estés
Cuando tu chiquitín es muy joven, te demuestra amor queriendo tenerte a su alrededor todo el tiempo. Para cuando tenga como 6 meses de edad, tu peque puede que ya haya empezado a objetar en voz alta a cualquier momento que salgas de la habitación. Puede ser difícil vivir con esto, pero también es un signo de la compatibilidad, ya que estás empezando a conocerlo y también te enfrentas cada día a lo diminuto e indefenso que es. Por muy bonito que sea poder, digamos, ducharse solo sin inspirar lágrimas, hay una buena posibilidad de que, muchas veces, también quieras a tu bebé cerca.
Por otro lado, a medida que tu chiquitín crece un poco, y empieza a gatear, a subir, a andar e incluso a caminar, va a querer empezar a explorar el mundo, no importa cuánto le gusta tenerte cerca. Cuando esta etapa comienza, tu pequeñín demostrará que todavía quiere tu compañía volviendo a ti para reportarse, aún a medida que su independencia crece, incluso en situaciones en las que ya no te necesita, definitivamente todavía te quiere a ti.
El centro del universo
No, no tú – ¡tu bebé! Incluso en esos momentos en los que no hay nada que necesita para la supervivencia, tu peque quiere que tus ojos estén en su persona. Esto puede llevar a berrinches, buscar atención negativa, gritar por ti cuando eres lo suficientemente descortés para estar en el teléfono cuando podrías estar hablando con tu bebé, o un centenar de otros comportamientos que, en la superficie, pueden parecer diseñados para hacerte la vida más difícil. En realidad, es solo una prueba más de cuánto tu pequeñín quiere pasar tiempo contigo.
Compartir y compartir por igual
Cuando tu bebé primero comienza a arrullar y balbucearte, a veces a los 3 meses de edad, no tiene otro marco de referencia para ello que el hecho de que te ve interactuar con otras personas así, y quiere ser parte de eso. No es una forma para que cominique algo específico todavía -tu chiquitín todavía depende de los gritos para eso- así que su única y mejor motivación para dar los primeros pasos hacia la comunicación verbal es simplemente que le agradas y quiere pasar el rato contigo, y está usando la imitación para tratar de hacerlo de la manera que te ve interactuando con otros adultos.
