Es fácil saber que es importante hacer ejercicio cuando estas embarazada y que fortalecerte te ayudará durante el trabajo de parto y el nacimiento. Lo que es difícil es encontrar la manera de poner esto en práctica cuando implica tratar de encontrar tiempo en la agenda para ejercitarte, así como hacer que tu cuerpo se mueva cuando el crecimiento de tu bebé te da aún más peso que llevar contigo. Pero incluso pequeñas cantidades de ejercicio adicionales pueden ayudar a preparar tu cuerpo para el esfuerzo que hará en la última parte del embarazo, durante el trabajo de parto y al dar a luz, y te ayudarán a recuperarte después. Una vez que empieces a buscar, vas a encontrar todo tipo de pequeñas oportunidades en tu día para añadir algo de actividad física.
- En el teléfono: En vez de sentarte en el sofá para una larga y agradable charla, ponte al día con tu familia o con tus amigas mientras caminas alrededor de la cuadra un par de veces. Caminar es una gran manera de fortalecerte sin riesgo de sobrecalentarte o caerte, lo que puede ser motivo de preocupación con otros tipos de ejercicio, especialmente en un embarazo más avanzado.
- Pausas comerciales: Mucha gente se relaja viendo un programa de televisión favorito de vez en cuando, y ahora algunos sitios para ver programas en línea en ocasiones también añaden anuncios, por lo que esa relajación tiende a venir con bastantes pausas publicitarias. Los anuncios son ciertamente molestos, pero también son momentos ideales para hacer levantamiento de pesas de bajo impacto (incluso un par de latas de la despensa sirven como pesas) o para caminar un poco por la habitación.
- Durante el programa: Y hablando de la televisión, no hay razón por la que no puedas disfrutar de tus programas favoritos mientras haces un poco de estiramiento o yoga desde la comodidad de tu sala, lo cual puede ayudar a disminuir la hinchazón que ocasiona el embarazo.
- El camino más largo: Lo has escuchado antes, pero sabes que es verdad – toma las escaleras en lugar del ascensor, estaciónate en un lugar más alejado en el estacionamiento, o bájate del autobús una parada antes de la usual para que puedas caminar el resto del camino. Por supuesto, puedes ajustar esto durante el embarazo (nadie espera que subas seis pisos de escaleras al final del tercer trimestre, por ejemplo), pero los pequeños intentos ayudan, y aunque no lo parezca, cuanto más te muevas durante el día, en mejor forma estarás cuando llegue el momento de recibir a tu tesorito.