Hay muchas razones para comenzar a cambiar tu dieta por el bien de tu embarazo cuando estás tratando de concebir, incluso si te tardas un par de meses en quedar embarazada. No sólo te puede ayudar a concebir, sino que una dieta saludable también le da a tu bebé una ventaja en el mundo – si comienzas a mejorar tu dieta ahora, puedes empezar a nutrirlo antes de que siquiera sepas que estás embarazada. Sin embargo, añadir nutrientes a tu dieta puede ser más fácil de decir que de hacer, especialmente si eres una comedora exigente. Aquí hay algunos consejos para ayudarte a empezar.
Reimagina tu pan tostado
Cuando estás en el comienzo de tu búsqueda para incluir más verduras a tu dieta, el desayuno es un gran lugar para empezar. El aguacate está lleno de nutrientes que estimulan la fertilidad como folato, ácidos grasos omega-3, y vitamina K. Es delicioso cuando lo untas sobre tu pan tostado en la mañana y puedes adornarlo con combinaciones de especias tan simples como sal y pimienta, o tan complejo como jugo de limón, hojuelas de chile rojo y ajo en polvo.
Avena salada
La avena salada es otra adición que puedes hacer a tu desayuno, aunque realmente puede ser parte de cualquier comida o merienda. Cocina tu avena cruda en agua, luego agrega tus verduras hervidas, asadas o salteadas junto con cualquier condimento que sientas que vaya mejor con esas verduras. Una buena regla empírica es que todo lo que se puede añadir al arroz también se puede añadir a la avena salada.
Batidos
Las hojas verdes como la espinaca o la col rizada son fáciles de añadir a tu batido de frutas habitual. Dependiendo de la fruta que uses, el color de tu batido puede no ser de lo más atractivo, pero las frutas y ciertos vegetales se combinan bien y añaden una buena cantidad de folato, hierro, vitamina A, y calcio a tu rutina.
Alegra tus ensaladas
Las hojas verdes de una ensalada proporcionan los mismos nutrientes que ese puñado de espinacas o col rizada en tu batido pero en un grado mucho mayor. Sin embargo, la ensalada no siempre es la comida más emocionante. Su ventaja es que es versátil y la adición de granos o frijoles mezclados con las verduras puede hacer que cualquier ensalada sea más interesante y satisfactoria.
Ponles queso
Agregar verduras a tu dieta no significa que tengas que hacer a un lado tus ingredientes favoritos. Puedes agregar tomates, calabacines salteados, zanahorias asadas o brócoli al vapor a tu sándwich de queso a la parrilla o a tus macarrones con queso y aumentar el valor nutricional de tu comida favorita fácilmente.
Asadas y tostadas
Las verduras asadas son una gran adición a cualquier ensalada o pasta, y funcionan tan bien como un acompañamiento. Además, asar las verduras deja más de los nutrientes intactos que cocinarlas en agua. Cualquier verdura sin demasiado contenido de agua (piensa en zanahorias y coliflor, no en apio y espinacas) puede ser asada. Sólo tienes que precalentar el horno a 425 F, cortar la verdura en trozos del tamaño de un bocado, untarlos con aceite de oliva y especias al gusto, cocinar por un lado hasta que se doren y luego voltear.