Es fácil hablar sobre cómo evitar el estrés, pero es más difícil ponerlo en práctica al mismo tiempo que llevas una vida normal. (Esto puede ser aún más difícil si estás tratando de concebir. El estrés es malo para la mecánica de la concepción, malo para el estado de ánimo durante el proceso….es simplemente malo.) Así que aunque oímos «solo relajate» todo el tiempo, ¿cómo lo hacemos en realidad?
Si no es algo que ya haces, añadir la meditación a tu vida puede sonar fuera de lo común y dudoso como método de relajación, pero no descartes la idea todavía. Algunas investigaciones, incluyendo un estudio neurológico en 2011, apuntan a los beneficios de la meditación como un calmante del estrés. Y concentrarse en la respiración es una de las maneras más sencillas de empezar.
Por dónde empezar
La meditación es, técnicamente, algo que se puede hacer en cualquier lugar y a cualquier hora, sin ningún material o equipo especial. Sin embargo, si apenas estás comenzando, es posible que desees elegir un lugar relativamente tranquilo para ti, un lugar en el que te sientas cómoda tanto física como mentalmente. La clave es poder entrar en tu propio «lugar feliz» sin distraerte.
Inhalar…
La meditación tiene la intención de ser relajante, pero no es vegetar. Siéntate derecha, mantén tus hombros hacia atrás y tu postura fuerte, aunque no rígida. Puedes sentarte con las piernas cruzadas o en una silla, de la manera que te sientas más cómoda, siempre y cuando tu columna vertebral esté recta, apoyando tu cuerpo en una línea derecha. Desde esta posición, podrás respirar profundamente, lo cual es importante porque concentrarte en el patrón de tu respiración es donde querrás comenzar.
Desde ahora, sólo respira. A medida que respiras, puedes cerrar los ojos o dejar que se desenfoquen, siempre y cuando nada en tu visión aleje el enfoque de tu respiración. Si te ayuda a mantener la concentración en la respiración, puedes intentar inhalar por la nariz y exhalar por la boca.
…Y exhalar
Cuando estés lista para detenerte, tómate un momento para abrir o enfocar tus ojos y ajustarte. Dependiendo de cómo te sientas, tal vez quieras tomarte un momento para hacer algunos estiramientos o simplemente reagruparte mientras sales de la meditación y regresas a tu vida diaria.
¿Más allá de lo básico?
Algunos métodos de meditación también recomiendan un enfoque más específico en tu respiración como una manera de comenzar, como un sistema de contar tus respiraciones en ciclos de diez. Ten cuidado de no forzar respiraciones que sean demasiado lentas o más largas que tu patrón natural de respiración y cuenta un par de inhalación-exhalación para cada número, y los diez conteos le darán a tu mente algo lo suficientemente simple como para que se convierta en algo automático para centrar su atención.
