Cómo iniciar, y seguir, una rutina de ejercicios
¿Qué haces todos los días, o casi todos los días? Quizá hay algunas cosas de higiene personal como cepillarte los dientes o lavarte la cara en esa lista. Quizá también haya cosas como leer las noticias, revisar una fuente de medios sociales o sacar al perro. ¿El ejercicio está en tu lista? Puede que no lo esté, pero es más fácil de lo que piensas hacer el ejercicio tan rutinario como el resto de tus actividades diarias.
Tres reglas simples para comenzar una rutina
¿Hacer ejercicio por la mañana o por la noche? ¿Hacer ejercicio con el estómago vacío o no hacer ejercicio a menos que hayas comido una merienda? Con toda la información contradictoria que existe, no es de extrañar que a tanta gente le cueste empezar una rutina de ejercicios.
En lugar de preocuparte por los detalles, sigue tres reglas básicas para empezar a trabajar en hacer de la actividad física un hábito diario, en lugar de algo que sabes que debes hacer, pero que no puedes mantener.
- Házlo agradable
No hay razón para forzarte a hacer una larga caminata si lo odias más que los quehaceres del hogar. ¡Encuentra algo que te guste hacer! Esto no se puede enfatizar lo suficiente: temer tu tiempo de ejercicio es una manera segura de evitar que se convierta en parte de tu estilo de vida. - Házlo conveniente
A los humanos nos gusta pensar que somos complejos, pero en realidad, somos fáciles de predecir. Un gimnasio puede parecer increíble, o una clase de entrenamiento puede ser perfecta para nosotros en papel, pero si la ubicación es inconveniente o la clase es demasiado temprano en la mañana, admitámoslo: no vamos a seguir con ello. Trata de hacer el ejercicio lo más conveniente posible haciendo las cosas fáciles tales como escoger un gimnasio al que puedas llegar con facilidad, escoger clases u horarios de ejercicio que se ajusten a tu horario y mantener tu bolso para el gimnasio empacado en todo momento. - No hagas tus entrenamientos muy duros
Hay una diferencia entre «sentiré esto mañana» y «nunca volveré a hacer esto». Cuando estás comenzando a hacer el ejercicio una parte regular de tu vida, quieres enfocarte en desarrollar hábitos, no en desarrollar una lista de razones por las cuales el gimnasio es un lugar malvado. No hay nada de malo en desafiarte a tí misma; de hecho, ¡es genial! Pero deja las expectativas bajas al principio para que sigas regresando por más.
Tres trucos para mantener la actividad
Cuando se trata de consejos de estilo de vida, la palabra «truco» se usa bastante, y solo significa un atajo que te facilita el logro de tus objetivos. Hay toneladas de trucos de estilo de vida relacionados con el ejercicio, pero aquí hay tres de nuestros favoritos para que los tengas en cuenta.
- Recuerda que puedes variar tu rutina
A algunas personas les encanta correr cinco millas cada mañana, mientras que para otras personas, ese tipo de repetición solo los motiva a correr en dirección opuesta. Si eres así, no tengas miedo de cambiar tu actividad durante el transcurso de la semana. Una vez más, no quieres hacer del ejercicio algo tedioso o algo que temes. - Programa el ejercicio
Para decirlo de manera sencilla, ver el ejercicio en el calendario es una buena manera de recordar que hay que hacerlo. No hay mucha gente que haga ejercicio de manera espontánea; para la mayoría, un plan les ayuda a mantenerse en el buen camino durante toda la semana. Además, programar el ejercicio hace que sea un poco más difícil saltarlo. - Evita el pensamiento de todo o nada
Algunos días tus entrenamientos serán más cortos. Algunos días tendrás que omitirlos debido a la somnolencia, planes o algo inesperado que surja. Acercarte al ejercicio con la mentalidad de un perfeccionista te hará sentir como un fracaso en algún momento, lo que solo te animará a sentirte mal contigo misma y a darte por vencida; o al menos tomar un, ejem, descanso prolongado de tu rutina. Si no puedes hacer ejercicio un día, disfruta del tiempo libre y úsalo para impulsar tu próxima sesión de entrenamiento. Recuerda: así como los hábitos no se desarrollan en un día, tampoco se rompen en uno.