Viajes de compras durante los primeros meses de tu pequeñín pueden haber parecido intimidantes al principio, pero probablemente parezcan fáciles, mirando hacia atrás ahora, con tu peque sonriéndote desde su cargador o carretilla, o incluso dormido en esos días de suerte extra.
A medida que los niños se acercan a los 2 años, su necesidad de aventura e independencia comienza a tomar el control. Como resultado, puede que descubras que tu chiquitín está empezando a «comportarse mal» en la tienda. Este comportamiento puede presentarse de muchas formas, pero los lloriqueos y las rabietas no son tu bebé tratando de ser «malo». Es más probable que quiere estar involucrado en lo que está pasando, y se está frustrando porque no puede cuando está atado al asiento del carrito de supermercado.
El supermercado es un lugar que los adultos visitan porque lo necesitan, no porque sea muy divertido. Para un niño pequeño, sin embargo, es otro escenario de aventuras que necesita ser explorado. Ya que comprar comida no es exactamente una tarea que se pueda saltar, aquí hay algunas formas de intentar hacerlo un poco más fácil en esos días difíciles y quisquillosos.
- El momento adecuado: Además de lo básico como asegurarte que tu pequeñín esté alimentado y descansado antes de salir, intenta elegir un momento en el que la tienda esté menos concurrida. Aunque ir después del trabajo o los fines de semana puede ser tu única opción real, si hay más flexibilidad en tu horario, puedes usarla a tu favor. Cuanta menos gente haya en la tienda, menos ajetreo sentirás si tu bebé comienza a gritar porque se quiere ir.
- Darle «trabajos»: Otro beneficio de visitar la tienda cuando hay menos gente es que tendrás más espacio para maniobrar, y más tiempo para pasar en los pasillos. Si dejas que tu chiquitín sea tu «ayudante» entregándole cajas o latas para que las ponga en la carretilla, puede resultar en un viaje más largo, pero se sentirá más corto tanto para ti como para tu feliz ayudante.
- Reconsidera tu método: Ser una persona pequeña en una gran tienda puede hacer que tu pequeñín se sienta abrumado, y cuando se siente inseguro, no hay nadie que pueda hacerlo sentir más seguro de lo que tú puedes. Una forma de lograrlo es volver a usar el portabebés, aunque sea algo que no hayas hecho desde los primeros meses. Muchos portabebés son adecuados para sostener a los niños pequeños, y tu peque puede sorprenderte calmándose y disfrutar de la cercanía.
Mientras que ir de compras con un niño mayor ciertamente presenta más obstáculos que los viajes de compras tempranos podrían tener, un aspecto positivo de esta edad es que tu peque está mejorando su comprensión de lo que se le dice, por lo que la aplicación de las normas a seguir es más realista.
Deja saber a tu chiquitín que puede caminar a tu lado en la tienda siempre y cuando te toma de la mano, o si no tendrás que regresarlo al carrito de la compra. Esta es una gran oportunidad para enseñar o recordarle que las acciones tienen consecuencias, a medida que te ve que sigues las reglas que has establecido. Esto no significa que tu pequeñín se alegrará de ello, pero recuerda, un niño con la cara roja es tan básico en un supermercado como la leche y el pan, así que no te estreses demasiado por los días que tu bebé no se calma. ¡Ganarás la empatía de casi todos los padres de la tienda que también han pasado por lo mismo!