Decidir que es hora de que tu pequeño se mude a su propia habitación puede resultar más difícil de lo que pensabas, más aún si te has acostumbrado a la sesión de mimos antes de dormir y te conforta saber que está siempre cerca tuyo. Tomar la decisión es una cosa, pero hacerlo es otra completamente diferente.
Incluso si la habitación del niño está a pocos pasos de la tuya, es una gran transición, en parte porque el niño es mucho más pequeño que tú y la distancia de unos pasos para ti es significativamente mayor para él. También implica una rutina diferente en la actividad en la que pasa la mayor parte del tiempo.
Aunque ambos estarán muy cansados, la transición a su propia habitación va a tomar muchas horas de tu sueño, unas cuantas lágrimas del pequeño y mucha cooperación y comprensión por parte de ambos.
Hay diferentes maneras de introducir al niño a su propia habitación; la elección dependerá de su personalidad y tus propias necesidades.
Explorando la habitación
No importa la manera en que decidas introducir al niño a su propia habitación, es una buena idea darle la oportunidad de explorar la habitación y asociarla con experiencias positivas primero. Tal vez la habitación ya estaba preparada desde antes que naciera o tal vez la acabas de armar con todos los gustos y preferencias actuales del niño. Pero si no ha pasado mucho tiempo allí, se puede asustar un poco. Podrían jugar juntos y hacer un picnic allí o incluso empezar a dormir la siesta en la habitación, si el niño aun duerme la siesta.
Hablar del tema
A medida que el niño se hace mayor, es más importante explicarle los grandes cambios que se avecinan. Aunque no pueda hablar mucho aun, puede comprender más de lo que parece y es importante advertirle antes de hacer un cambio tan grande en su vida.
Los niños pequeños responden muy bien a los cambios cuando se les presentan a través de cuentos infantiles, que les ayudan a pensar con tiempo. Escuchar la historia de un niño que empezó a dormir solo en su propia habitación o de un títere que pasó por la misma experiencia puede impulsar al niño a pensar que es una muy buena idea dormir en su propia habitación.