Lo único peor que escuchar un ruido insoportablemente fuerte es darse cuenta de que tu propio hijo es la fuente del mismo. A estas alturas ya sabes que tu pequeñín es más que capaz de romper la barrera del sonido, y no duda en hacerlo regularmente. A medida que crece, sus pulmones solo se van a fortalecer, y antes de que que se establezca demasiado en sus maneras, podría ser el momento de empezar a enseñarle las mejores formas de usar su voz, tanto adentro como en el exterior.
¿Por qué oh por qué gritan los niños pequeños?
Para torturar a sus padres, ¡por supuesto! Es una broma. Piénsalo de esta manera: si te acabas de dar cuenta de que puedes hacer ruidos fuertes y excitantes, ¿no querrás hacerlo lo más a menudo posible? Además de lo divertido que es ser ruidoso, subir el volumen de la voz es una forma fácil para llamar la atención, y le permite liberar cualquier tensión extra que puede sentir por ser incapaz de verbalizar sus frustraciones.
Y no lo olvides, tu pequeñín no se da cuenta de los estragos que está despertando en tus tímpanos y en los de todos los demás. Aún no tiene la experiencia de vida para entender lo que es el volumen, y por lo tanto no lo considera grosero.
Niños pequeños y voz suave
- Prepáralo antes de salir de la casa: Podría ser útil dejarle saber de antemano que tendrá que usar una voz suave cuando llegues a tu destino. Es fácil que olvide cómo comportarse en ciertos entornos, y no está garantizado que prevenga contra el ruido, pero un poco de preparación puede ayudar mucho.
- Mantente en silencio: Hablarle en voz alta solo lo animará a subir un nivel de volumen. Estarás tentado de igualar a tu peque pero en realidad lo que más te conviene es bajar la voz a un susurro silencioso. Tu chiquitín probablemente coincidirá con tu tono, o al menos, obtendrás su atención.
- Juega a ser difícil de conseguir: Si el asunto no es súper crítico, o si tienes un poco de tiempo para resolver las cosas, dile suavemente que no puedes oír hasta que use la voz «correcta». Asegúrate de ayudar guiándolo al volumen apropiado. Esto puede llevar mucho tiempo, pero a largo plazo, puede ser una lección útil para tu bebé.
- Juega la carta de la empatía: Cortésmente déjale saber que te duele los oídos o te molesta cuando grita adentro, y que deseas que hable un poco más bajo. Bien, a veces cuando los niños pequeños son ruidosos se desahogan. Pero si está haciendo una petición en voz alta, no puede hacer daño recordarle que la misma petición podría hacerse con una voz más suave.
- Felicítalo a cuando hable a un volumen apropiado:¿Por qué no dejarle saber cuándo está haciendo un buen trabajo? Se siente increíble ser elogiado por hacer un buen trabajo, así que pasa un poco de esa luz de sol a tu tesorito cuando menos se lo espera.
Voces suaves vs. voces pequeñas
He aquí una idea un poco radical: en lugar de decir voces suaves y fuertes, utiliza los términos «voz pequeña» y «voz grande» para describir los diferentes volúmenes de voz que desees que use, en lugar de donde quieres que las use. Esto podría tener un poco más de sentido para tu chiquitín y podría ayudarle a gritar un poco menos cuando ustedes dos están afuera.
Dependiendo de la personalidad de tu pequeñín, tal vez tengas que lidiar con algunos gritos antes de que tenga un buen sentido del control de volumen. Pero eventualmente, con algo de preparación y trabajo, llegará el día en que sabrá cuándo ser ruidoso y cuándo ser – bueno, un poco menos ruidoso.