La regla más importante y fija sobre cuándo dejar de poner a tu frijolito en una silla alta para comer es que tiene que ocurrir antes de que llegue a los límites de tamaño y peso de la silla alta. Más allá de eso, se vuelve menos claro. Una vez que tu pequeñín comienza a tener un fuerte control del cuello y el tronco, no hay ninguna razón física de que necesita permanecer en una silla alta, pero todavía hay razones prácticas. Por un lado, desde una silla alta, no hay manera que pueda escaparse a medio comer, y aunque no siempre tiene éxito, una silla alta es a menudo un intento de limitar el radio de desorden de la hora de la cena con comilones especialmente desordenados.
Por otro lado tu chiquitín puede empezar a insinuar que le gustaría empezar a comer sus comidas en la mesa con el resto de la familia. Dado que ese es el objetivo final para la mayoría de las familias, puede ser una buena idea aprovechar el momento cuando es lo que tu peque quiere hacer, antes de que tenga la oportunidad de convertirse en un tresañero que es demasiado brillante para la escuela – digo, la cena familiar.
La mayoría de los niños se mueven de las sillas altas (a menudo a asientos elevados) en algún momento entre 1 y 3 años de edad, pero ese rango de edades es tan grande porque realmente tiene más que ver con el nivel de madurez de tu pequeñín, y con lo que estás cómoda, que con su edad.
Señales de que podría ser el momento de hacer el cambio
- Realmente odia la silla alta: Algunos comilones desordenados que no aman la hora de la comida realmente no pueden soportar sus sillas altas. Si tu peque es perfectamente feliz merendando en el parque, en el camino en su silla de seguridad o en un picnic en la sala de estar, pero empieza a chillar de frustración cuando las correas de la silla alta se extienden para abrazarlo, podría estar listo para moverse a la mesa de los niños grandes.
- Se ha convertido en un artista del escape: El mayor atractivo de las sillas altas para los padres es que están hechas para ser la forma más segura para lograr terminar la comida. Pero si tu chiquitín ha empezado a hacer las de Houdini con su silla alta, la respuesta probablemente no sea apretarlo más.
- Confías en tu bebé: Si tu pequeñín tiene una buena y creciente coordinación y control muscular, y es capaz de seguir instrucciones simples y pautas de seguridad, realmente podría estar listo para unirse a la familia alrededor de la mesa del comedor.
Recuerda, como casi todo lo demás cuando se trata de tu bebé, no hay nada grabado en piedra sobre cuándo alejarse de la silla alta. Todo depende de tu bebé y de ti, y cualquier decisión que tomes es la correcta.