Algunos niños nacen ferozmente independientes, dando sus primeros pasos sin mirar nunca atrás, mientras que otros necesitan sostener las manos de sus padres durante un poco más de tiempo. Si tu bebé está en el extremo más tímido del espectro, puede que te encuentres preguntándote cuándo estará listo para enfrentar las clases escolares y grupales por sí mismo. La clave es no solo ver su edad, pero en lugar de eso ver su capacidad para adaptarse a situaciones cuando no estás con él/ella.
Varios factores influyen en la preparación de un niño para comenzar las actividades por sí mismo. Puede que descubras que tu bebé puede hacer algunas tareas en casa (como usar el baño, o ponerse sus zapatos, por ejemplo) pero no puede hacerlo cuando está siendo cuidado por alguien más. Ya que la ansiedad por separación es común en los niños pequeños, tu bebé puede estar demasiado centrado en el hecho de que no estás presente como para actuar de una manera que muestre todo su potencial. En casos como este, puede que no esté listo para estar en un grupo sin ti todavía.
Aquí hay algunas preocupaciones comunes que los padres tienen acerca de que sus hijos comiencen las clases por su cuenta, y soluciones simples para ayudarlos a prepararse para la transición.
El problema:
Mi hijo no juega bien solo.
La solución:
Para tu bebé, entrar en un grupo sin su compañero de juego favorito (¡tú!) puede sentirse intimidante. Sin embargo, será mucho más fácil si tiene la oportunidad de acostumbrarse a jugar primero solo. Tú puedes trabajar en esto en casa fomentando un breve período de «tiempo de tranquilidad» cada día que le de algún tiempo para jugar sin ti a su lado. A partir de ahí, puedes aumentar gradualmente la cantidad de tiempo de juego independiente que tu bebé tiene todos los días, de modo que pueda comenzar a adaptarse a entretenerse solo durante un período de tiempo creciente.
El problema:
Mi hijo no está físicamente preparado.
La solución:
Si tu bebé parece estar detrás sus compañeros en el departamento de autocuidado, no te preocupes. Algunos niños se dan cuenta más rápidamente de conceptos como lavarse las manos, vestirse y, sí, aprender a usar el baño. Para los niños que no se interesan por esas áreas, lo mejor es ser consecuentes en casa con una rutina. Sé verbal en tu enfoque para que tu bebé sea capaz de conectar las palabras con las acciones, incluso en entornos desconocidos. Una vez ve y escucha lo que se espera de él/ella probablemente se incline más a seguir instrucciones. ¡Y un pequeño elogio llega muy lejos!
El problema:
Mi hijo no maneja bien las transiciones.
La solución:
Dado que las clases grupales a menudo cambian de una actividad a la siguiente, lograr que tu bebé se acostumbre a las transiciones por adelantado puede realmente ayudarlo en un ambiente de clase. Puedes practicar explicándole que tiene una cantidad de tiempo establecida para jugar, entonces es hora de hacer la transición a otra actividad, como comer o tomar un baño. Es común que encuentres algo de resistencia, pero comenzará a entender el concepto rápidamente.
El problema:
Mi hijo no juega bien con los demás.
La solución:
Este podría no ser un problema tan grande como crees. Para los niños pequeños, la idea de tener que compartir juguetes es absurda, y morder es una forma perfectamente razonable de ejercer su autoridad. Puedes trabajar en esto explicando repetidamente, aunque suenes como un disco rayado, el comportamiento y las expectativas adecuadas. Pero este tipo de comportamiento no es inesperado en un niño pequeño. A menos que tu bebé se muestre particularmente agresivo, lo más probable es que los temas en cuestión sean apropiados para la edad y mejoren con el tiempo.
El resultado final:
El cambio puede ser abrumador para los niños pequeños, por lo que el mejor enfoque para fomentar la independencia es generalmente gradual. Puedes empezar a poner en práctica este cambio gradual con una sola clase por semana, por ejemplo, antes de añadir algo más a su programa de actividades. Si tu pequeño está comenzando el preescolar, puedes hablar a menudo con el personal sobre dejarlo en clase durante una o dos horas los primeros días, hasta que comience a aclimatarse mejor. Aunque las lágrimas pueden abundar en esos primeros días, podría empezar a disfrutar su recién descubierta independencia pronto, ¡y puede que pronto estés limpiando sus lágrimas porque la clase ha terminado y el tiempo de juego ha llegado a su fin!