A nadie le gusta estar enfermo, pero estar enfermo y ser un bebé al mismo tiempo puede ser un reto bastante único. Tu bebé puede que nunca haya sentido nada como el resfriado común, e incluso las enfermedades relativamente pequeñas pueden sentirse como el fin del mundo cuando le sucede a un niño que amas. Las enfermedades pueden convertir el mundo de tu bebé al revés, y su horario de sueño, no es una excepción.
Dormir durante una enfermedad
El sueño es una de las mejores medicinas que un bebé enfermo puede tener, sin importar qué enfermedad tenga. Es común que los bebés duerman mucho más de lo habitual durante una enfermedad, para dar a sus cuerpos la oportunidad de sanar, pero también es bastante común que los síntomas de una enfermedad se interpongan en el sueño.
Los bebés sólo pueden respirar por la nariz, por lo que tener una nariz congestionada puede ser muy incómodo para ellos, y puede interponerse en el camino de algunas actividades necesarias como comer y dormir. Si tu bebé tiene dificultad para respirar o tomar debido a la congestión nasal, puedes ayudarle descongestionando su nariz. Las gotas salinas o un spray en las fosas nasales, pueden ayudarle a aliviar el bloqueo, y una bombilla de succión de goma puede ayudar a aspirarlo. Limpiar la nariz de tu bebé antes de que vaya a dormir o a comer, puede darle la mejor oportunidad de recibir la comida y el descanso que necesita. Tu pequeño es un poco joven para las gotas salinas medicinales, así que el agua salada es la manera casera más simple y útil.
También puedes colocar un humidificador o vaporizador de niebla fría en el dormitorio de tu bebé por la noche, para ayudarle a mantener su nariz muy húmeda. Los humidificadores de agua caliente pueden ser peligrosos y pueden causar quemaduras.
Ayudar a tu hijo a dormir durante una enfermedad es una de las mejores cosas que puedes hacer por su salud, y que puede tener prioridad sobre el entrenamiento del sueño o los buenos hábitos de sueño que puedes haber estado tratando de inculcar. Eso está bien, los hábitos de sueño generalmente toman un poco de tiempo para formarse, así que hacer algo diferente de lo que quieres que sea «normal» para tu hijo, no necesariamente se interpondrá en sus hábitos de sueño saludable en el futuro.
La regla básica es que es importante ayudar a tu bebé a dormir lo que sea necesario hasta que se recupere, pero por supuesto, hay algunas excepciones. La primera y más importante es la hidratación, si tu bebé duerme durante sus comidas normales, podría comenzar a deshidratarse, especialmente si tiene fiebre. Hasta que él/ella tenga alrededor de 6 meses de edad, no debe beber nada excepto leche materna o fórmula, e incluso después de eso, durante el resto del primer año, tu bebé todavía debe obtener la mayoría de su hidratación a partir de leche materna o fórmula, aunque puede empezar a tener un poco de agua. Sin embargo, la hidratación es crucial durante una enfermedad, aunque eso signifique ocasionalmente despertar a tu bebé para ofrecerla.
Las otras excepciones a la regla de «tanto sueño como sea posible durante una enfermedad» corren de la misma manera: Si el médico de tu hijo le ha recetado un medicamento, es importante seguir el horario de la medicación, aunque eso signifique despertarlo.
Lo que es más importante, si tu hijo es siempre insensible o difícil de despertar, es importante buscar atención médica de inmediato.
Dormir después de una enfermedad
La regresión a una etapa anterior de su comportamiento del sueño después de una enfermedad es bastante común, ya sea porque se le permitió ser flexible con algunas reglas mientras él/ella estaba enfermo, o simplemente porque estaba buscando un poco más de confort mientras se recuperaba. Depende de cuánto tiempo dejes que eso suceda, pero cuanto más tiempo tu hijo se le permita, por ejemplo, dormir junto a ti, o llamar por un biberón en medio de la noche, más va a depender de ello y a esperar que tu lo hagas.
Fuentes
- «Diseases and conditions: Pediatric Sleep Disorders.» ClevelandClinic.org. The Cleveland Clinic Foundation, May 30 2013. Web.
