Las siestas de los 19 a los 24 meses

¿Hay algo más pacífico que el tiempo de la siesta? Bien, dependiendo de cómo su niño se sienta sobre las siestas actualmente. La segunda mitad del segundo año podría resultar ser una progresión pacífica hacia una eventual disminución de las siestas en el futuro, pero también puede ser el momento en que las siestas se conviertan en un campo de batalla.

En la segunda mitad del segundo año de vida del niño(a), el/ella probablemente estará durmiendo entre 10 a 12 horas por la noche aproximadamente, dependiendo de sus necesidades de sueño en particular. La cantidad de sueño que necesita durante el día probablemente se reducirá un poco durante el transcurso de estos meses, aunque posiblemente hasta 30 minutos más o menos.

Las siestas a esta edad pueden durar hasta 2 horas, o mucho menos que eso, dependiendo de si el niño(a) está tomando una siesta por día o dos, ya sea que el/ella esté durmiendo por períodos más largos o más cortos durante la noche, y si necesita más o menos sueño que el promedio en general. Sin embargo, según la Fundación Nacional del Sueño, una siesta que dure una hora y un cuarto hasta una hora y media es el promedio usual.

Guerra de Siestas

Desafortunadamente para la gente que acuesta a su niño(a) para que tome su siesta, el/ella está entrando al punto en su vida en donde, incluso si fue siempre un gran dormilón, comience a resistirse de tomar siestas. Esta resistencia puede hacer que el tiempo de la siesta ya no pueda ser un tiempo de descanso para los padres y se convierta en una parte más estresante del día, pero hay algunos tipos específicos de resistencia a la siesta que los padres pueden evitar:

  • Mantenga la cuna: Los padres y los niños por igual podrían estar emocionados por el cambio a la cama de niño grande a esta edad, pero para los niños(as) que todavía toman siestas, una cama para niños podría proporcionarle demasiada tentación de salirse. Si puedes, conserva la cuna un poco más de tiempo, esto podría ser de gran ayuda. Con los niños pequeños que ya han demostrado que se pueden salir de la cuna, igualmente podrías considerar mantenerla y simplemente bajar un poco más la altura del colchón de la cuna, de tal manera que le impida al niño(a) poderse salir. Si a tu niño(a) le gusta revolotear y es demasiado alto incluso para salirse de la cuna a pesar de que hayas bajado el colchón, puede que no sea seguro para el/ella permanecer en ella, por lo que la otra posible solución seria instalar una puerta para niños pequeños en la habitación y asegurarse de que el dormitorio esté totalmente equipado a prueba de pequeños escaladores, lo cual también puede ayudar a evitar cualquier accidente grave.
  • Traiga un sabor de casa: Si tiene un niño(a) que está tan concentrado en sus rutinas de siesta y en la hora de acostarse que no puede dormirse en la carretera, ni en la guardería, ni en la casa de un familiar, déjelo que seleccione antes a un amigo de siesta, como un juguete suave o una manta. Primero, traer algo de casa puede hacerlo sentirse reconfortante, pero en segundo lugar, dejar que tu niño(a) seleccione ese objeto de comodidad, les ayudará a ambos a tener el control sobre la situación y darte algo de aviso para cuando llegue el momento en que el/ella necesite de su objeto favorito para ir a dormir.
  • El sonido del silencio: Si tu niño(a) se niega a dormir simplemente, quizás puede ser mejor dejar de insistir y seguir adelante con tu día, pero la transición del tiempo de la siesta al «tiempo de silencio» puede darles a ambos el tiempo que necesitan para calmarse y reorganizarse a la mitad del día, incluso si no sucede como tal el propio sueño. Si tu niño(a) se niega a dormir, eso no significa que no puedas permitirle que tome algunos libros o juguetes tranquilos para sentarse en la cama y disfrutar allí mientras se relaja un poco. Es bueno que tu niño(a) practique el hecho de tomar algo de tiempo para divertirse tranquilamente por si mismo(a), y si el/ella llega a tener suficiente sueño, el tiempo de silencio podría convertirse en una siesta cuando de repente apoye su espalda sobre la cama.

¿El final de la siesta?

Mientras que la mayoría de los niños pequeños pueden beneficiarse de la siesta hasta por lo menos su segundo cumpleaños o incluso cuando llegan a la edad escolar, hay otros niños que pueden estar dispuestos de dejar atrás las siestas. Los niños que están dispuestos a renunciar a la siesta, pueden resistirse a las siestas de la misma manera que los niños que no quieren dejar de jugar o que no quieren estar lejos de sus familias, lo que puede hacer que sea difícil distinguir la diferencia.

Averiguar cuándo es el momento para tu niño(a) decir adiós a las siestas, es similar a averiguar si es el momento de consolidar menos siestas. Si tu niño(a) parece estar cada vez más cansado en el día, o tiene problemas para dormir a una hora razonable por la noche después de tomar una siesta por la tarde, y se resiste a tomar siestas, puede ser hora de que el/ella ya esté superando el tema de las siestas. Esto es especialmente cierto si el/ella permanece feliz y alerta durante el día, incluso con un poco menos de sueño.

Si, por el contrario, el hecho de que le falte o se le acorte una siesta lo deja soñoliento o irritable a tu niño(a) o si el/ella todavía se duerme fácilmente en cualquier momento donde sea que se encuentre, ya sea en un cochecito o en el asiento trasero del auto durante el tiempo de la siesta, el/ella probablemente va a continuar con este mismo ritmo por un largo rato más, incluso si se resiste a acostarse a dormir durante el día.

Si decides que es hora de que tu niño(a) diga adiós a las siestas, puede ser útil la transición a una hora de dormir más temprano para compensar un poco la falta de sueño. También puede ser útil no pensar en el final de la siesta como absoluta – incluso los niños pequeños que están más dispuestos a dejar de tomar siestas, pueden beneficiarse de la siesta ocasional en un día especialmente ocupado, emocionante o estresante.


Fuentes
  • National Sleep Foundation. “National Sleep Foundation Recommends New Sleep Times.” Sleep Foundation. National Sleep Foundation, February 2 2015. Web.
  • M. Weissbluth. “Naps in children: 6 months-7 years.” Sleep. 18(2): 82-7. Web. February 1995.
  • “Infant Sleep.” Stanford Children’s. Stanford Children’s Health, 2016. Web.
  • “Naps.” Kids Health. Nemours Foundation, April 2016. Web.
  • “Toddlers and Napping: How Much is Normal?” Sleep. National Sleep Foundation. Web.
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