El cambio es tan emocionante para los niños pequeños como lo es para los adultos, pero dependiendo de lo que ese cambio es, puede ser tan inquietante. Incluso si tu niño(a) está emocionado, y completamente listo para hacer el cambio, el/ella todavía puede necesitar tener un pequeño período de ajuste antes de fabricar todos esos dulces sueños en su nueva cama.
¿Pero el/ella está listo(a)?
Una de las razones por las que tu bebé podría estar actuando como si no estuviera listo para dejar la cuna, es que quizás el/ella simplemente no se siente preparado. Los niños que tienen dificultades con el cambio, o los niños que tienen otros cambios significativos que ocurren en sus vidas, pasar de un nuevo proveedor de cuidado de niños a un nuevo hermano, puede ser un poco más difícil para adaptarse a su nuevo entorno.
Es por eso que muchos expertos no recomiendan cambiar de una cuna a una cama de niño al mismo tiempo que otros grandes cambios están teniendo lugar, pero también no significa que tu bebé no pueda hacer la transición ahora y ser perfectamente feliz en su propia cama. Los niños pequeños son adaptables, y a veces no hay tiempo perfecto, por lo que escoger el momento imperfecto que sea adecuado para ti y tu familia es lo único que puedes hacer.
¿Cómo puedo ayudar a facilitar la transición?
Uno de los elementos más importantes para que tu bebé crezca cómodo en una cama que no sea cuna, es solo cuestión de tiempo, luego llegará el momento en que el/ella crecerá y estará en plena adolescencia, y lo que era una cama nueva para ese entonces, ya estará un poco desgastada. La cama de tu niño(a) podría ser uno de sus lugares favoritos. Mientras tanto, hay algunas estrategias diferentes que puedes utilizar para ayudar a fomentar esa comodidad y familiaridad.
- Deja que se escuche la voz de tu bebé: Una de las cosas que pueden ser más asustadizas al salir de una cuna y entrar en una cama grande es que tu bebé puede sentir una falta de control sobre el proceso. Dándole opciones, ya sea sobre qué ropa de cama usar, donde la nueva cama debe ir, si tiene que estar en algún lugar diferente a donde la cuna había estado, o incluso escoger cual peluche va hacer el que comparta la cama con el/ella, puede ayudar a darle un sentido de control.
- Que sea acogedor: Después de la calidez incluida y la comodidad de la cuna, una cama de niños puede sentirse incómodamente grande y abierto para un pequeño niño. Colocar un colchón en el suelo, en lugar de saltar directamente a un marco de cama, puede ayudar a prevenir accidentes si tu niño(a) se pone inquieto en la noche, y asimismo, ayudaría a hacer que la cama se sienta más como un pequeño nido cómodo, y menos como algo desconocido. Pasar el tiempo acurrucándose con tu niño(a) en la cama, ya sea antes de que se vaya a dormir o simplemente durante el día, tal vez durante el tiempo de contar un cuento, puede ayudarle a construir asociaciones más felices y cómodas.
- Igualmente diferentes: Si es posible hacerlo, poner la nueva cama en el mismo lugar donde estaba la cuna, puede ayudarle al niño(a) a asociar la nueva cama con sus viejos hábitos de sueño.
- Adaptarse a la supervivencia: Tener una rutina de dormir bien establecida, puede ser de gran ayuda durante transiciones como estas, pero dejar que la rutina evolucione y crezca a medida que la hora de acostarse a dormir por la noche también evolucione, puede ayudar a que la rutina permanezca actual y fuerte. En este caso, al cambiarse de la cuna, puede llegar a ser especialmente importante, trabajar en un período prolongado en donde se familiarice al niño(a) con la nueva cama, ya que de lo contrario, va a tener la opción de salirse de la cama si no quiere quedarse allí . Después de la última comida del día, los hábitos como atenuar las luces, tomar un baño caliente, y hacer actividades tranquilas como leer un cuento, colorear o los rompecabezas, pueden ayudar a preparar el escenario para cuando llegue la hora de acostarse sea mucho más fácil.
- No te despegues de los clásicos: Si tu niño(a) decide que, ahora que el/ella tiene la opción de levantarse después de la hora de acostarse y revolotear es su nuevo deporte favorito, puedes utilizar técnicas que aprendiste cuando el/ella era mucho más pequeño, para ayudar a convencerlo de no ir muy rápido. Al igual que cuando tu niño(a) se despertaba en la noche cuando era un bebé, la mejor manera de motivarlo para que vuelva a la cama si se levanta durante la noche, es mantener las luces apagadas, mantener la voz suave y mostrarte tan aburrido como sea posible mientras silenciosamente y firmemente lo tomas para ponerlo de nuevo en la cama con un «Te veré en la mañana». Si tienes un noctambulo en tus manos, no es raro tener que hacer esto varias veces durante la noche, por un rato, hasta que el/ella se acople más al nuevo ambiente y a la rutina.
- Promesa: Si tu niño(a) se está asustando o se siente solo en su nuevo lecho, puedes ayudarlo a tranquilizarse diciéndole que tu estarás pendiente de el/ella y que volverás a ver como está en unos minutos más y luego regresarás exactamente cuando dijiste que lo harías. Puede que tu niño(a) se quede dormido cuando regreses, o bien, el/ella estará esperándote y eso, lo tranquilizará, tomando cada vez más confianza.
Fuentes
- «What’s the best way to get my child to sleep?» HealthyChildren.org. American Academy of Pediatrics, Nov 21 2015. Web.