Puedes hacer todo lo posible para alimentar a tu chiquitín con una dieta sana y equilibrada, pero algo un poco menos saludable se deslizará en su rutina. Puede haber tenido ese primer sabor a caramelo en casa de la abuela, o su primer juguito en la guardería, y antes de que te des cuenta puedes tener un monstruo de las galletas de la vida real en tus manos.
Mientras que las golosinas ocasionales parecen inofensivas, es fácil excederse, lo que puede conducir a problemas de salud en el futuro. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention), los estadounidenses están comiendo y bebiendo alimentos y bebidas que contienen demasiados azúcares añadidos, lo que puede contribuir a problemas médicos como el aumento de peso y la obesidad, la diabetes tipo 2 y la enfermedad del corazón.
Las bebidas azucaradas y los dulces también causan problemas a los dientes de tu hijo, ya que el exceso de azúcar está relacionado con las caries. A los 3 años de edad, aproximadamente el 28% de los niños tienen una o más caries, lo que aumenta el riesgo de caries en sus dientes adultos.
Aunque las estadísticas suenan atemorizantes, no es necesario cortar los dulces de golpe. En su lugar, aquí hay algunos consejos para darle bocadillos a tu niño pequeño, y sobre cómo ser un consumidor inteligente.
- Escoge los dulces saludables: Las golosinas no tienen que significar pastel y helado. Si tu chiquitín es goloso, puedes intentar ofrecerle opciones nutritivas para satisfacer sus peticiones, como un sabroso batido de frutas con muchas bayas, o incluso un vaso de leche con su galleta, porque un poco de proteína, como la cantidad en la leche, puede ayudar a frenar el bajón del azúcar.
- Lee la etiqueta: Incluso los alimentos que se comercializan para los niños, y que se describen como «saludables», a menudo están llenos de algunos ingredientes no tan buenos. Leer las etiquetas de los alimentos es una excelente manera de asegurarse de que estás tomando las decisiones correctas. Evita alimentos y bebidas que incluyan palabras como «jarabe de maíz de alta fructosa» o «jugo concentrado», ya que son buenos indicadores de que lo que hay dentro está lleno de mucha azúcar adicional.
- Evita ofrecer bocadillos como recompensa: Tal vez tu chiquitín está comenzando a mostrar interés en el entrenamiento para usar el baño, y una amiga dijo que su hijo respondió bien a que le ofrecieran dulces después de hacer sus necesidades. Por muy tentador que parezca intentar un pequeño soborno casual, también estás ayudando a tu hijo a desarrollar una relación con la comida durante este tiempo, y utilizar las golosinas como recompensa puede empezar a construir la conexión entre los alimentos no saludables y la comodidad en su mente. En cambio, las recompensas como las pegatinas y otros pequeños regalos pueden ser grandes incentivos para aprender nuevas habilidades.
- Recuerda incluir las bebidas: Las bebidas endulzadas tienen un gran aporte calórico. Si tu chiquitín se está llenando de jugos o bebidas deportivas, probablemente está consumiendo demasiadas calorías de las bebidas, lo que deja menos espacio en su barriga para los nutrientes necesarios. Si ruega por el jugo regularmente, una versión aguada puede ser mejor para su salud y menos dañina para sus dientes.
- Sé razonable: Prohibir los dulces por completo puede tener un efecto adverso. Si alguna vez has estado a dieta, sabes que recortar algo completamente puede hacer que lo desees aún más, así que tenlo en cuenta cuando tratas con golosinas con tu pequeñín. Esto también podría ayudar a convencerlo a evitar excederse en ocasiones especiales, como fiestas de cumpleaños y días festivos.
Fuentes
- «Dental Health & Hygiene for Young Children.» HealthyChildren. American Academy of Pediatrics, October 14 2015. Web.
- «Know Your Limit For Added Sugars.» Centers for Disease Control and Prevention. U.S. Department of Health and Human Services, September 27 2016. Web.
