Una vez que tu bebé sea un poco más mayor y sabio, puedes presentarle paletas y pinceles y caballetes, pero por ahora, la pintura con los dedos es lo que hay. La pintura comestible para dedos es genial por dos razones. Primero, puedes hacerla en casa, lo cual es una actividad divertida por sí misma. Segundo, no tienes que preocuparte por mantener los dedos de de tu bebé alejados de su boca. ¿Cómo se empieza?
Reune los ingredientes
Necesitarás algunos ingredientes estándares para hornear (harina, azúcar y sal) y un ingrediente no estándar: colorante de alimentos. Los colores dependen de ti, pero podría ayudarte en tu proceso de toma de decisiones recordar que los colores más oscuros hacen que las manchas sean más difíciles. También necesitarás algunos materiales: una cacerola, un batidor y tazas para poner la pintura.
Haz la base
Calienta una cacerola en la estufa a fuego mediano y mezcla 2 cucharadas de azúcar, 1/3 de taza de harina y 2 tazas de agua. La maicena también puede funcionar en lugar de la harina. Bate la mezcla hasta que esté suave, apaga el fuego y continúa batiendo hasta que esté espesa. Luego, vierte la base en cada una de tus tazas (la cantidad de tazas depende de cuántos colores de pintura quieras hacer).
Mezcla el color
Añade unas cuantas gotas de colorante para alimentos en cada taza. No hace falta mucho color para crear una pintura vibrante, pero siempre puedes añadir más si quieres que tu pintura sea más saturada. Mézclalo bien para asegurarte de que el color sea uniforme en toda la pintura – o no lo hagas, ¡de todos modos todo se mezclará en unos pocos minutos!
Una vez que la pintura se enfríe completamente, tú y tu bebé pueden empezar a crear sus obras maestras. La pintura de sus dedos será segura para comer, aunque no sea exactamente deliciosa. ¡Feliz pintar!