A medida que tu chiquitín empieza a caminar, a escalar y a explorar, es probable que ocurran algunos accidentes. Es completamente normal que tu impredecible caminante se caiga y haga boom, o que tenga algún roce con los muebles. Los resultantes golpes, moretones y raspones pueden ser aterradores para tu pequeñín (¡y para ti!) pero generalmente no hay nada de qué preocuparse. Durante esta edad de propensión a los accidentes, puede ser tranquilizador saber cuándo debes preocuparse y cuándo no.
Raspones
- Lo que son: Raspones, conocidos médicamente como abrasión, ocurren cuando la capa superior de la piel es raspada dejando un área cruda y dolorosa que puede sangrar de uno o más puntos. La quemadura de la alfombra y el «sarpullido de la carretera» son tipos de raspones. Los raspones provocan lágrimas pero generalmente no son médicamente serios.
- Qué hacer: Lávate las manos antes de tocar el área. Tu primera prioridad es mantener la herida limpia para evitar que se infecte. Limpia la herida con jabón suave y agua limpia y elimina la suciedad lo mejor que puedas antes de secarla con palmaditas. No uses alcohol o peróxido de hidrógeno en la herida (¡esto puede dañar las células sanas de la herida y retrasar la cicatrización!) En su lugar, aplica una fina capa de crema antiséptica y cúbrela con una venda. Cambia el vendaje todos los días y aplica una nueva capa de pomada. Cualquier costra que se forme en la raspadura debe dejarse caer por sí sola, así que mantenla cubierta para evitar que los pequeños dedos con otros planes interfieran.
- Cuándo llamar a tu proveedor: Si no puedes quitar toda la suciedad del raspón con un lavado suave, está bien secarla, cubrirla y dejar que se cure. Pero si hay pedazos de grava, madera u otro material que no puedas remover, debes buscar ayuda médica. También debes llamar al médico si el raspón fue en metal (oxidado o no), ya que tu hijo puede necesitar una vacuna contra el tétano. Si el raspón no muestra signos de cicatrización en dos días, o si se vuelve más rojo, doloroso, comienza a supurar, o si tu hijo desarrolla fiebre, la herida puede estar infectada y debe ser vista por un proveedor lo antes posible.
Golpes y moretones
- Lo que son: Los moretones ocurren cuando tu pequeño explorador choca o golpea contra algo lo suficientemente duro como para romper los vasos sanguíneos debajo de la piel. Inmediatamente la piel se torna de color rojo brillante y a veces se hincha en una «protuberancia». Esta es la primera etapa del hematoma y sucede porque la sangre fluye hacia el sitio de la lesión para ayudar a sanarlo. Los «chichones» (como a veces se les llama a las protuberancias en la frente) son causados por toda esta sangre que se junta en un área pequeña y queda atrapada. Algunas veces la sangre se esparce y la piel permanece plana. Cuando la sangre acumulada en el lugar de la lesión pierde oxígeno con el tiempo, se torna de color púrpura y azul y luego se aclara a verde o amarillo, dependiendo del tono de la piel. Las protuberancias y los moretones parecen atemorizantes, pero a menudo no son motivo de preocupación y se curan por sí solos.
- Qué hacer: Si tu pequeño explorador se cae o se golpea contra algo, ponte hielo o una compresa fría inmediatamente. Esto ayudará con el dolor y también minimizará los moretones. Usa el hielo durante 15 minutos a la vez y solo una vez por hora. Coloca una toalla u otra barrera entre el frío y la piel de tu hijo y usa dosis apropiadas para el niño de tylenol o ibuprofeno (no aspirina) para el dolor.
- Cuándo llamar a tu proveedor: Las protuberancias o moretones que no muestran signos de curación después de una semana deben ser examinados por un proveedor de atención médica. Los moretones que siguen apareciendo sin razón también son motivo de preocupación y deben ser reportados al médico de tu hijo.
- Cuándo buscar atención médica inmediata: Si tu hijo tiene problemas para moverse o para usar el área magullada, esto puede significar que hay una lesión subyacente, como una fractura ósea. Por ejemplo, una rodilla magullada nunca debe ser tan dolorosa por sí sola que tu hijo no pueda pararse o caminar sobre ella. También debes llamar al médico si tu hijo tiene un chichón o un moretón después de una lesión en la cabeza para descartar una conmoción cerebral. Si alguna de las siguientes cosas ocurre después de un golpe en la cabeza, lleva a tu hijo al hospital inmediatamente: pérdida del conocimiento, niño que parece somnoliento o confundido, vómitos, pupilas desiguales, líquido o sangre que sale por los oídos o la nariz, llanto durante horas o el niño simplemente no parece ser ellos mismos. Si alguno de estos síntomas ocurre después de un golpe en la cabeza, llévalo al hospital inmediatamente y no dejes que se duerma.
Fuentes
- Corbett. H. (8/22/16). «Bruises in Children: What’s Normal and When To Worry.» Riley Children’s Health Website. www.rileychildrens.org/connections/bruises-in-children-whats-normal-and-when-to-worry. Accessed 13 April 2017.
- «Cuts, grazes and bruises.» Women and Children’s Health Network. 22 Aug. 2016. www.cyh.com/HealthTopics/HealthTopicDetails.aspx?id=1889&np=305&p=114#9. Accessed 14 April, 2017.
- «Debunking Myths of Wound Care.» Advanced Tissue Blog. 2 July de 2014. www.advancedtissue.com/debunking-myths-wound-care/. Accessed 14 April 2017.
- «Head Bumps and Bruises: When To Worry About Head Injuries.» Children’s Hospital St. Louis. 29 Mar. 2010. childrensmd.org/browse-by-topic/head-bumps-and-bruises-when-to-worry-about-head-injuries/. Accessed 14 April 2017.