Ya sea que estés midiendo las horas que duerme durante la noche o la talla de sus zapatos, que probablemente está incrementando rápidamente a su edad, los signos de que tu bebé está creciendo están en todas partes. Durante estos meses, puede que duerma un poco más durante la noche (como hacen los niños grandes), y un poco menos durante la siesta, aunque las siestas probablemente seguirán siendo parte de su vida por lo menos un año más. Esta transición no siempre es perfecta, pero es un paso importante en el camino hacia un sueño independiente y nocturno que le dará todo el descanso que necesita para pasar el día.
Dormir por la noche
En la segunda mitad del segundo año, los pequeños generalmente necesitan entre 11 y 14 horas de sueño cada 24 horas, pero hay una buena probabilidad de que más y más de este sueño ocurra en la noche y menos en las siestas diurnas. Las siestas pueden cubrir de 1 a 3 horas de sueño y la mayoría de los niños duermen al menos 10 horas por noche. Los patrones de sueño se ajustan, pero las tendencias generales del sueño individual son bastante estables: si tu hijo siempre ha dormido como un ladrillo, sus patrones de sueño seguirán siendo más largos de lo normal; pero si tu niño siempre ha tenido un sueño ligero y necesitado dormir menos desde la infancia, probablemente continuará durmiendo ligeramente y con menos frecuencia.
Dormir la siesta
Suspenso, aventura, gritos espeluznantes – durante la segunda mitad del segundo año, la hora de la siesta puede tener toda la emoción de ver un thriller en la pantalla grande, y menos la tranquila imágen de la hora de dormir, como contar ovejas o ver hadas.
Los pequeños en este rango de edad todavía pueden dormir de 1 a 3 horas de siestas, pero durante este tiempo comienzan a resistirse a acostarse para descansar, ya sea a la hora de la siesta o a la hora de ir a la cama al final del día. La mayoría de los niños son tan activos y llenos de energía que podrías pensar que se resisten a las siestas porque ya no las necesitan, pero en muchos casos, los pequeños se resisten a dormir la siesta ya sea que la necesiten o no. Esto deja a los padres buscando pistas para saber si están listos para graduarse a dejar la siesta o no.
Algunas señales de que un niño está listo para dejar de dormir la siesta incluyen:
- No sólo se resiste a tomar una siesta, sino que además tiene problemas para dormirse si lo acuestas durante el día.
- Parece feliz y normal por el resto del día si se pierde la siesta (si no está listo para saltarse la siesta, se va a frustrar fácilmente y va a estar de mal humor o cansado durante el resto del día).
- Después de haber tomado una siesta comienza a tener problemas para dormirse a la hora de acostarse en la noche.
Una manera de encontrar el equilibrio después de quitarle la siesta es mover la hora de acostarse unas horas más temprano para compensar la diferencia.
Fuentes
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