Lo primero que necesitas saber es que sí, tu peque podría amar guardería, pero tú y tu casa todavía son número uno. Es normal que forme un vínculo con un lugar donde pasa mucho tiempo, y tu pequeñín podría incluso tener lazos especiales con cuidadores y amigos en la guardería. ¡Eso es algo realmente increíble! Tu bebé está formando relaciones saludables y positivas y disfrutando. Puedes descansar tranquila (bueno, al menos más fácil) sabiendo que tu frijolito está en una situación de cuidado que es buena para él.
A veces, el amor que tu tesorito tiene para ti y el amor que tiene para la guardería se enfrentarán un poco, llevando a las rabietas al final del día en la guardería. Tu chiquitín podría insistir en que no quiere ir a casa, no puede ir a casa y no irá a casa. Quiere quedarse en la guardería y no le importa lo que tengas que decir al respecto. Tu peque podría esconderse en un rincón, rehusar a hablar contigo o tumbarse en el suelo inmóvil. La razón por la que este escenario puede parecer tan específico es que le sucede todo el tiempo a muchos padres. Si te encuentras frente a una rabieta sorpresa de un niño que de otra manera sería encantador, no estás solo.
Lo qué está pasando en la cabeza de tu pequeñín es bastante simple: te echó de menos. Sí, es contraintuitivo, pero tu niño pequeño se está comportando de esta manera porque has estado fuera durante algún tiempo, y quiere dejarte claro que te extrañó mientras estabas fuera. Te está dando la oportunidad de decirle lo mucho que lo echaste de menos y cuánto quieres que venga a casa contigo al negarse a dejar que suceda fácilmente. Es dulce en cierto modo, pero no es una prueba que quieras pasar cada vez que lo recogas de la guardería.
Si es la primera vez que algo así sucede, es posible que se trate de un incidente aislado provocado por algo que ocurrió ese día. Trata de hacerle preguntas sobre su día y ver si algo específico sucedió o si está de mal humor. El cuidador o cuidadores que trabajan en la guardería también deben poder ayudar a resolver este misterio. Si hubo un incidente, puedes hablar de él con tu pequeñín y ver qué puedes hacer para evitar que vuelva a ocurrir.
Si te enteras de que tu bebé tuvo un gran día y sólo se ha enfadado cuando llegaste, ya sabes que tiene la tristeza de «extrañarte». Hay algunas estrategias diferentes que puedes usar para resolver esto con tu peque.
«¿Qué has estado haciendo hoy?»
Involucra a tu pequeñín haciéndolo que te enseñe en lo que estaba jugando cuando llegaste. Deja en claro que estás interesada en lo que estaba haciendo mientras no estabas. Si no es la hora de cerrar la guardería, considera quedarte para jugar con tu chiquitín por un tiempo, así pueda terminar su actividad y se sienta listo para irse.
«¿Te gustaría despedirte de tus amigos?»
Pasar el rato en la guardería no siempre es una opción. Cuando necesitas salir rápidamente, puede ayudar mucho a establecer una rutina para el final del día. Probablemente la guardería ya tiene uno, pero si no lo tiene, es posible que quieras sugerir que se le de a tu peque una serie de tareas o actividades antes de tu llegada, si vienes a la misma hora todos los días. De esa manera, tu pequeñín tiene el tiempo adecuado para prepararse para ti y sabe que justo después de que termine de guardar los bloques, tú estarás allí. Puedes hacer una rutina diaria de decir: «¡Ve a despedirte de tus amigos!» como un recordatorio para irse.
«¿Qué tan rápido crees que podemos llegar al auto?»
Marca la salida de la guardería con diversión cuando puedas. Elogia a tu chiquitín cuando viene sin un escándalo, y haz un juego de cosas como ponerse el abrigo o llegar al coche. También puedes pasar el viaje hablando de cosas divertidas que harás una vez que llegues a casa o que deliciosa comida hay para la cena.
Puede ser realmente útil buscar el consejo de tu guardería si tu hijo constantemente tiene dificultades al final del día. El momento en que tu bebé transiciona de sus cuidados a los tuyos puede ser difícil porque la persona «a cargo» está en cambio, y tu chiquitín no está seguro a quién debería estar escuchando y quiere poner a prueba los límites. Trata de dejar claro quién tiene el control a qué hora y mantén el proceso real de «nos vamos ahora» lo más breve posible. Los cuidadores de tu guardería definitivamente han experimentado esto, y es posible que tengan soluciones que han funcionado en el pasado.