Las pesadillas y los terrores nocturnos son comunes en niños de edad preescolar y luego se vuelven menos comunes durante la primera década de la vida, por lo que con el tiempo serás capaz de pasar la noche sin necesitar de tu repelente contra monstruos. Si la hora de acostarse ha sido aterradora últimamente, puede haber algunas estrategias que pueden ayudar a tu familia a pasar la noche un poco más libre de miedo.
Pesadillas
Las pesadillas son sueños vívidos de temas aterradores, y por lo usual despiertan a quien las tiene. A menudo puede recordar la pesadilla en detalle. Dado que los niños no tienen mucho con qué compararlos, es posible que no entiendan que los eventos de un sueño no ocurrieron en realidad, lo que puede hacer que las pesadillas sean muy perturbadoras incluso mucho después de que se despierten. Cuando tu pequeñín tiene una pesadilla, puedes tomar las siguientes medidas para ayudarle:
- Consuela y abrázale para tranquilizarle y dejarle saber que está seguro.
- Anímale a que hable del sueño.
- Asegúrale que nada de lo que pasó era real.
- Pídele imaginar un final feliz para el sueño.
- Proporciónale una manta de seguridad o un animal de peluche para acurrucarse.
- Déjale volver a dormir en su propia cama, pero ofrecele la posibilidad de dejar la puerta abierta o la luz encendida si ayuda a que se sienta más seguro.
No todas las pesadillas se pueden prevenir. Muchas son una parte normal del crecimiento y están asociadas con la edad de desarrollo (por ejemplo, los niños pequeños a menudo tienen pesadillas sobre la separación de sus padres). También pueden estar relacionadas con algo que hay causado molestia durante el día, ya sea una situación de la vida real o algo imaginario (como una película de miedo). Evitar las películas o los videojuegos de miedo puede ayudar a prevenir algunas pesadillas. Mantener una rutina nocturna tranquila y relajante también puede ayudar a prevenir las pesadillas. Tú también puedes hacer un punto para hablar de cosas divertidas o felices durante su rutina de la hora de acostarse. Además, algunos niños podrían beneficiarse de un objeto de seguridad como una manta o un animal de peluche que los acompaña a dormir. Para otros, una luz nocturna suave también puede marcar la diferencia.
Es posible que desees llamar al proveedor de atención médica de tu hijo o hija si:
- Las pesadillas ocurren todas las noches o interfieren con las actividades del día.
- Pesadillas que causan angustia significativa.
- El contenido de las pesadillas refleja un trauma de la vida real, o hace que te preocupes de que pueda haber un problema de la vida real en la escuela o en el hogar.
Terrores nocturnos
Por lo usual, los terrores nocturnos (también llamados terrores del sueño) se observan entre los 4 y 12 años de edad. Son episodios que ocurren cuando los niños tienen reacciones físicas a sus sueños, de modo que pueden gritar, llorar, patear, golpear y parecer asustados. Los terrores nocturnos ocurren durante el sueño profundo, por lo general en el primer tercio de la noche. Aunque puedan parecer despiertos, los niños con terrores nocturnos en realidad están en un sueño profundo. Los episodios pueden durar entre 10 y 30 minutos, y aunque son difíciles de observar, los niños por lo usual no los recuerdan por la mañana.
Algo interesante, la genética puede jugar un papel en los terrores nocturnos y a menudo los padres de los niños con terrores nocturnos también tienen un historial de terrores nocturnos. Son más comunes entre los 4 y los 12 años de edad, y son raros después de los 15 años. No hay asociación entre los terrores nocturnos y los problemas de comportamiento o psiquiátricos.
Si ocurre un terror nocturno:
- Sin despertarle, si puedes, ayúdale a regresar a su sueño normal.
Si sostenerle parece calmarle, entonces hazlo. Evita sacudir o gritarle, ya que esto podría causarle más molestia. Mantenlo a salvo de daños físicos. Durante un terror nocturno, no se da cuenta de su entorno y podría caerse o lastimarse.
Por desgracia, los terrores nocturnos no se pueden prevenir. El manejo se centra en asegurar una buena rutina de sueño.
Cuándo llamar al proveedor de atención médica
Algunas veces los terrores nocturnos son el síntoma de un problema médico subyacente y otras veces lo que parece un terror nocturno puede ser en realidad una condición médica diferente. Consulta con el proveedor de atención médica si tienes preocupaciones o preguntas o si notas que:
- El terror nocturno involucra babeo, movimientos espasmódicos, rigidez o (para los niños mayores) pérdida del control de la vejiga.
- Mucho ronquido o deja de respirar mientras duerme, lo cual podría ser un signo de apnea del sueño.
- Los episodios de terror interrumpen el sueño con regularidad (varias veces a la semana).
- Los episodios duran más de media hora.
- Hay riesgo de autolesionarse durante los episodios.
- Presenta síntomas de estrés durante el día, o sientes que una situación en casa o en la escuela puede ser la causa principal.
Las pesadillas y los terrores nocturnos pueden ser perturbadores para un niño, y también para los padres y cuidadores. Con un poco de comprensión y apoyo, todos deberían volver a dormirse antes de que puedan decir «¡buenas noches!».
Fuentes
- Kotagal, S. “Sleepwalking and other parasomnias in children.” In: UpToDate, Post TW (Ed), UpToDate, Waltham, MA. Retrieved June 6 2017.https://www.uptodate.com/contents/sleepwalking-and-other-parasomnias-in-children?source=search_result&search=nightmares&selectedTitle=2~150#H27172885.
- “Nightmares and Night Terrors.” Standford Children’s Health. Stanford Medicine. 2017. Retrieved June 6 2017. http://www.stanfordchildrens.org/en/topic/default?id=nightmares-and-night-terrors-90-P02257.
- “Nightmares and Sleep.” National Sleep Foundation. National Sleep Foundation 2017. Retrieved June 6 2017. https://sleepfoundation.org/sleep-disorders-problems/abnormal-sleep-behaviors/nightmares-and-sleep.