Dado que el lóbulo frontal de su cerebro aún se está formando, la capacidad de razonamiento, uso de la lógica y práctica del autocontrol de tu hijo aún es bastante pequeña. Como resultado, puede haber varias veces en un día cuando hace un berrinche y entra en crisis por completo. Puede haber momentos en que estos berrinches se vuelvan agresivos y francamente aterradores. A medida que crece, puedes notar un cambio en los tipos de berrinches, qué los causa, dónde y cuándo es probable que ocurran, qué puedes hacer para evitar que ocurran en primer lugar y cómo evitar que se intensifiquen cuando suceden.
¿Qué hace que una rabieta sea «agresiva»?
En un estudio del «Journal of Pediatrics», los expertos dividieron los comportamientos de berrinche en algunos tipos diferentes que incluyen:
- Agresivo-destructivo: Pateando a otros, golpeando a otros, arrojando objetos, rompiendo objetos
- Autolesivo: Golpearse, golpearse la cabeza, contener la respiración, morderse
- Agresión no destructiva: Patadas no dirigidas, zapatear, golpear paredes
- Agresión oral: Mordiendo a otros, escupiendo a otros
Si alguno de estos tipos de berrinches se vuelve frecuente (ocurre más de cinco veces al día o dura más de 20 minutos) y no tiende a suceder debido a desencadenantes obvios, puede ser el momento de buscar atención médica, ya que podrían ser una mayor preocupación.
¿Por qué ocurren los berrinches agresivos?
La primera y más común razón de los berrinches en los niños pequeños es el cansancio. Tu pequeñín tiene más movilidad que nunca y probablemente pase mucho tiempo afuera y con otros niños. Esto puede afectar los niveles de energía y dejar a tu pequeño sintiéndose agotado y cansado. El agotamiento puede conducir fácilmente a berrinches. La frustración es otra causa de los berrinches: los niños pequeños de esta edad pasan mucho tiempo tratando de lograr nuevas habilidades y tareas, y a menudo se necesitan unos pocos, o más de unos pocos, intentos antes de lograrlo. Después de varios intentos de hacer que algo suceda de cierta manera y sin progreso, es posible que veas a tu chiquitín en una rabieta arraigado en sentirse completamente frustrado de que las cosas no van por su camino. Ofrecerle ayuda a menudo tampoco ayudará a prevenir estos berrinches: tu chiquitín quiere poder hacer lo que sea por sí mismo.
Por último, en pocas palabras, los niños pequeños tienen estados de ánimo que cambian durante todo el día. A veces, tu pequeñín está de muy buen humor y el mundo es maravilloso. A veces, el refrigerio divertido que siempre ama es, de repente, la comida más desagradable que jamás hayas puesto delante de él, ¡y cómo te atreves a hacer algo así!
Al conocer los momentos y lugares en que ocurren estos berrinches, a veces puedes predecir su comportamiento y comenzar a notar patrones en sus acciones. Los momentos comunes para las crisis son cuando el agotamiento, la frustración y el estado de ánimo están en aumento. Por lo general, eso puede suceder en momentos como la hora de la siesta, la hora de acostarse, al final de una reunión para jugar o en el automóvil.
Respondiendo a berrinches agresivos
Afortunadamente, tú y tu familia no son los primeros en lidiar con las rabietas y existen técnicas bien conocidas para evitar las rabietas y ayudar a difundirlas cuando están sucediendo.
Antes de que un berrinche esté incluso en el radar, hay formas de evitarlo.
- En las tarjetas: Una técnica que muchos padres han encontrado útil es usar «tarjetas de rutina», que son una serie de tarjetas que puedes alinear en un escritorio o espejo del baño que describen cómo serán las rutinas de la hora de la siesta, la hora de dormir o las comidas. Estas ilustraciones facilitan a los padres mostrar a los niños lo que viene para que no haya tanta sorpresa y discusión acalorada.
- Bifurcación en el camino: Darle a tu hijo unas pocas y aceptables opciones puede ayudarlo a sentirse en control mientras aún logra lo que desea. Por ejemplo, puedes preguntarle «¿Te gustaría cepillarte los dientes antes o después de tu baño?» o «¿Qué libro te gustaría ser tu último libro esta noche?» Tu chiquitín aún se acuesta, pero sin sentir que no tiene control sobre su propia vida.
- Cinco, cuatro, tres: También se ha demostrado que proporcionar varias cuentas regresivas ayuda a los niños pequeños a lidiar con las transiciones con mayor facilidad y a hacer que los cambios no sean una sorpresa. «Te quedan cinco minutos en el parque», seguido por «Te quedan dos minutos en el parque», puede hacer que «Es hora de irse ahora» sea menos impactante.
- Ley de la tierra: Por último, la consitencia en la rutina y en los límites es un fuerte aliado en la lucha contra las rabietas. Si la mayoría de los días, las noches y los procedimientos siguen las mismas rutinas, es más fácil para tu niño anticipar lo que viene y es más fácil para ti decir cosas como «Al igual que todas las noches, nos cepillamos los dientes antes de leer».
Durante un berrinche, puede parecer que un minuto es más como una hora. Durante las rabietas, es importante recordar que tu niño tiene poco control sobre lo que está haciendo – no es nada personal, no importa cómo se sienta en el momento. No intentes razonar con un niño pequeño que está en crisis, porque a veces nunca entenderás lo que está pasando por su cabeza.
Aún así, hay algunas técnicas que algunas familias encuentran útiles para superar las rabietas.
- Muchos padres han descubierto que desarrollar un ejercicio de respiración profunda que sea divertido y calmante puede ayudar a calmar estos arrebatos emocionales.
- Modelar un comportamiento positivo por sí mismo ayuda a establecer un ejemplo para futuros arrebatos: la próxima vez que estés enojado, o te golpees el dedo del pie, o la tienda no tenga tu helado favorito, habla en voz alta sobre cómo te sientes y qué estas haciendo en ese momento para sentirte mejor al respecto. Deja que tu chiquitín vea cómo manejas las emociones fuertes de una manera saludable.
- Cuando tu chiquitín pequeño es agresivo durante un berrinche, retíralo de la situación inmediatamente, ya que es una señal fuerte de que este no es un comportamiento correcto. Eliminarlo de la situación que provocó un berrinche a veces también puede ayudar a eliminar la acción desencadenante o simplemente cambiar el contexto lo suficiente como para ralentizar el berrinche.
- Puedes darle a tu niño una acción para que use en su lugar mostrándole con animales de peluche lo que es un toque suave y cómo morder y golpear realmente lastima a las personas. Asegúrate de elogiar el toque suave cuando lo veas.
- Hay formas saludables de salir de la agresión, como morder una almohada o lanzar una pelota con fuerza contra la pared exterior. Puedes mostrarle a tu hijo cómo liberar estos sentimientos estresantes de una manera saludable.
En general, cuando te enfrentas a una rabieta, lo más importante a tener en cuenta es mantener la calma y no ceder. Tienes la oportunidad de modelar un comportamiento positivo, enseñar empatía con el ejemplo y darle a tu hijo una salida para cuando la necesite.
Fuentes
- Beldon, AC, Thomson NR, Luby JL. “Temper tantrums in healthy versus depressed and disruptive preschoolers: defining tantrum behaviors associated with clinical problems.” Journal of Pediatrics. 10.1016/j.jpeds.2007.06.030. January 2008.
- “Top Tips for Surviving Tantrums.” HealthyChildren. American Academy of Pediatrics, November 21 2015. Retrieved August 24 2017. https://www.healthychildren.org/English/family-life/family-dynamics/communication-discipline/Pages/Temper-Tantrums.aspx.