Es natural que quieras salir a la defensa de tu hijo o hija cuando escuchas que está discutiendo con otro niño, o que quieras intervenir cuando empieza a pelearse con alguno de sus hermanos. Después de todo, quieres que se lleve bien compañeros y que haga amigos, y los argumentos parecen ir en contra de ese objetivo. Sin embargo, antes de empezar a jugar de árbitro, es importante recordar que los argumentos en realidad juegan un papel importante en su desarrollo social.
Las ventajas de los argumentos
- Resolución de problemas:Los argumentos empiezan con un desacuerdo, y no se puede evitar el hecho de que en algún momento, tu hijo o hija va a tener un problema con sus compañeros de juego. Tal vez porque quiera un juguete que otro niño no quiere compartir, u otro niño le diga que no puede unirse a un juego en el parque. Si bien esto no es divertido de ver, mirar desde los costados por un rato para ver cómo él o ella responde le da la oportunidad de tratar de encontrar una solución al problema por sí mismo. Cuando hay un problema, también hay una solución. Darle el tiempo para resolver un desacuerdo le ayuda a aprender que los problemas pueden ser resueltos pacíficamente.
- Compromiso:La vida no siempre va a ir por el mismo camino que él o ella quiere, o de acuerdo a sus planes, y es una lección que irá aprendiendo una y otra vez en cientos de pequeñas maneras a medida que crece. Cuando tú intervienes durante un conflicto, poniéndote de su lado o del lado contrario, estás alcanzando el compromiso en su lugar. Dejando que él o ella trabaje en la negociación por su cuenta, estás ayudando a que aprenda habilidades importantes como tomar turnos, esperar, el hecho de que comprometerse con otros puede significar que sigan queriendo jugar contigo, y otras lecciones que pueden ayudar en el futuro.
- Inteligencia emocional:Trabajar en situaciones difíciles con los compañeros ayuda a tu hijo o hija a aprender a expresar sus sentimientos. A medida que mejora en esto, también se sentirá más cómodo expresándose. Dale la oportunidad de defenderse, y muy pronto, ¡no necesitará que corras al rescate!
Trabajar en problemas con otros niños puede enseñar a tu hijo o hija algunas grandes habilidades para los años escolares y más allá de ellos, si tú resistes la urgencia de ir directo a su defensa cuando este teniendo un desacuerdo con sus compañeros. Si la discusión se le está yendo de las manos, se vuelve física o parece un caso de intimidación, tu papel sigue siendo intervenir para poner fin a la situación, pero el resto del tiempo, puede ser útil para darle algo de tiempo para arreglar las cosas por sí mismo y te sorprenderá de lo bien que maneja estos primeros enfrentamientos.