Una rutina predecible a la hora de acostarse es la clave para tener éxito durante una parte del día. Prepara el escenario para que tu hijo duerma, y todos sabemos lo importante que es dormir bien, para tu hijoy para ti. Una rutina consistente no sólo ayuda a tu hijo a saber qué esperar y elimina las conjeturas de la hora de acostarse para los padres que están listos para relajarse, sino que también ayuda a indicar al cuerpo de tu hijo que es hora de calmarse.
Aquí hay algunos componentes saludables para incorporar en cualquier variación de una rutina a la hora de acostarse.
Mirando hacia el futuro
Una hora de acostarse efectiva comienza antes de que comience la rutina real. Cuando llegue el atardecer, trata de limitar el tiempo frente a la pantalla y las actividades que puedan dar más cuerda a tus hijos (el tiempo de juego activo para cansarlos debe ocurrir antes de este período de tiempo). Considera hacer que incluso los niños pequeños se acostumbren a caminar por la casa contigo recogiendo cosas que no están donde pertenecen. Esto puede ayudar tanto a prepararse para el día que viene como a comenzar la transición hacia actividades nocturnas más tranquilas.
Limpiarse
La hora del baño o de la ducha tiene un doble propósito. Por supuesto, limpia a tu torbellino del sudor y la suciedad del día. Pero el agua tibia también puede ayudar a preparar el cuerpo para la relajación. Un baño de burbujas con unas gotas de aceite esencial de lavanda o jabón perfumado de vainilla puede ayudar aún más a la relajación y es una actividad que envía claramente el mensaje de que la hora de acostarse está a la vuelta de la esquina. ¡Y no olvides lavarle los dientes! Considera cepillar los dientes justo después del baño (o incluso antes) para que todo lo que se necesita hacer en el baño se haga, minimizando el ir y venir entre las habitaciones.
Establecer el estado de ánimo
Establecer el estado de ánimo incluye asegurarse de que incluso una o dos horas antes de acostarse, las luces se atenúan y no hay actividades salvajes en marcha. Pero crear el ambiente también puede significar un poco de boberías por parte de los padres. Considera la posibilidad de incorporar un ritual divertido como una persecución de «Te voy a atrapar» antes de la hora del baño. Si bien esto puede parecer contraintuitivo si estás tratando de reducir el alboroto, la risa y el vínculo instantáneo que sucede establecerá el tono tanto para los padres como para el niño durante el resto de la rutina.
Ocupándose de las cosas
Si tu pequeñín ya sabe ir al baño, asegúrate de recordarle que lo haga antes de que se meta en la cama. También pregúntale si necesita un poco de agua y recuerdale suavemente que ahora, no después de que esté en la cama, es el momento aceptable para tomar agua si tiene sed. Esto debería ayudar a reducir la necesidad de levantarse de la cama, lo cual drena la paciencia de cualquier padre.
Relajarse juntos
Pasar un poco de tiempo juntos antes de la separación de la noche puede ayudar a tu pequeñín a sentirse a salvo y seguro, lo que a su vez debería ayudarle a calmarse más rápido y a dormir más fácilmente. Mecerlo en una silla con una canción de cuna y una manta favorita, leer un libro juntos o un masaje en la cama son formas tranquilizadoras de decir buenas noches. Deja que platique contigo si tiene que hacerlo. Liberar su pequeña mente y corazón de los problemas o triunfos del día también lo ayudará a relajarse y alcanzar la tranquilidad.
Retirarse mientras todavía está despierto.
Trata de dejar a tu hijo mientras todavía está despierto para que pueda quedarse dormido por sí mismo. De esta manera, cuando se despierte durante su ciclos de sueño, no tendrá que depender de tu presencia para volver a dormirse.
Sin importar los detalles específicos de la rutina familiar a la hora de acostarse, tener en cuenta estas seis cosas e incorporarlas a tu rutina de la manera en que funcionen para ti, debe ayudar a crear una rutina personalizada a la hora de acostarse que fomente una transición pacífica y efectiva hacia el sueño.
Sobre el autor:
Shifrah vive en Tallahasse, FL con su esposo, cuatro hijos, dos gatos y un perro. En medio de la maternidad y la escritura, disfruta de la lectura, la fotografía de estilo de vida, la costura, ir a la playa y documentarlo todo en álbumes de recortes de bolsillo. Ella toma su café negro.
