El flujo cervical, o moco cervical, es el flujo vaginal producido por el cuello uterino. Este flujo es producido naturalmente por tu cuerpo y cambia a lo largo de las diferentes fases de tu ciclo menstrual. El fluido cervical tiende a ser más seco durante y justo después de la menstruación, luego, a medida que avanza en su ciclo hacia la ovulación, tiende a volverse espeso y pegajoso, luego más acuoso, y finalmente se vuelve claro, delgado y elástico.
¿Cómo se relaciona el cuello uterino con la fertilidad?
El flujo cervical puede ser un buen indicador de la etapa de tu ciclo menstrual en la que te encuentras, por lo que prestar atención a estos cambios a continuación puede darte una mejor idea de cuándo se produce tu ventana fértil, lo que puede darte una pista de cuándo podrías estar ovulando.
El flujo cervical no sólo es un buen indicador de cuándo es el momento adecuado para hacer un bebé, sino que este fluido juega un papel importante cuando se trata de lo esencial de esa tarea tan importante. Para que los espermatozoides lleguen con éxito al óvulo, el flujo cervical debe tener la consistencia, acidez y cantidad adecuadas. Durante la ovulación, el flujo cervical es en su mayor parte líquido, pegajoso y ácido, lo que ayuda a los espermatozoides a viajar a través del cérvix y hacia las trompas de Falopio para que pueda tener lugar la concepción, esencialmente, este tipo de flujo cervical es más fácil de atravesar para los espermatozoides.
¿Cómo lo monitoreo?
El primer paso para monitorear el flujo cervical es observar más de cerca lo que está pasando abajo. Algunas mujeres pueden notar estos cambios mientras se dedican a sus asuntos diarios, como cuando van al baño y se limpian con papel higiénico, por ejemplo. Pero puedes entender aún mejor cómo es el flujo cervical de un día para otro si lo sientes e investigas de cerca. Para muchas mujeres, un viaje al baño es un momento conveniente para revisar y puede ayudarte a ponerte en una posición cómoda para hacerlo. Para comprobar el estado de tu flujo cervical, primero inserta un dedo limpio en tu vagina y luego observa el flujo que recoge frotándolo entre tus dedos.
Ovia ha identificado cuatro niveles de flujo cervical: «ninguno», «pegamento escolar: cremoso/pegajoso», «agua: claro/líquido» y «claras de huevo: claro/extensible». Una vez más, el flujo cervical tiende a ser más seco durante y poco después de la menstruación y luego más claro, líquido, delgado y elástico a medida que se avanza hacia la ovulación.
Una vez que sientas y observes la consistencia de tu flujo cervical (su grosor, pegajosidad y color) debes registrar esta información en tu cuenta de Ovia. El seguimiento de tu flujo cervical no sólo te ayudará a tener un mejor sentido de los ritmos de tu ciclo menstrual y cuando estás ovulando, sino que también ayudará a Ovia a analizar y evaluar mejor tu fertilidad.