Una vez que eres madre, ya no es tan fácil mantener un calendario social activo – es decir, para ti misma. Por lo que, cuando tienes una buena amiga que también tiene un pequeñito, es como ganarte la lotería. Puedes pasar tiempo con tu amiga, los niños pueden pasar tiempo juntos, ¡y todos ganan!
Desafortunadamente, a veces tu chiquito y el de tu amiga no se llevarán bien. Ya sea que se trate de un pequeño desacuerdo sobre un juguete o de patrones continuos de conflicto, a nadie le gusta que se presenten estos tipos de problemas. Después de todo, hay mucho potencial para herir sentimientos – tanto de niños como de adultos – así que querrás tener cuidado al explorar tus opciones.
Mantén las líneas de comunicación abiertas con tu amiga
Asumiendo que se trata de alguien que es realmente tu amiga, y no, por ejemplo, la madre de alguien con quien tu chiquito va a la escuela o con quien ocasionalmente tienes citas de juego, entonces ya tienes una buena relación con ella y puedes hablar sobre cosas difíciles. Si son buenas amigas, probablemente valoras su juicio, entonces existe la posibilidad de que si tú notaste que los pequeños no se llevan bien, tu amiga también lo hizo. De cualquier modo, querrás hablar de esto con tu amiga. Algo simple como: «Oye, ¿te has dado cuenta de que los niños no se llevan bien últimamente?» es una buena manera de empezar la conversación. A partir de ahí, pueden discutir cómo creen que deberían manejar la situación y asegurarse de que ambas están de acuerdo.
Dejen que los niños resuelvan sus problemas, pero intervengan cuando se vuelva necesario
Cuando los niños son muy pequeños, puede ser útil darles la oportunidad de aprender a superar retos con sus compañeros de juego por su cuenta. Los niños no pueden aprender a compartir, por ejemplo, sin antes tener problemas tratando de tomar turnos con un juguete favorito. Ocasionalmente, un niño muy pequeño puede golpear a un compañero de juego por frustración cuando todavía está aprendiendo a manejar estos sentimientos de una manera más constructiva. Incluso esta interacción desagradable puede ser una experiencia de aprendizaje, ya que los niños aprenden a socializar con otros niños, en lugar de con adultos. Incluso los niños que usualmente juegan bien juntos pueden ocasionalmente tener algunos problemas para llevarse bien, por muchas razones, y estas peleas, siempre y cuando no se conviertan en patrones de comportamiento, pueden ser valiosas a medida que los niños aprenden a interactuar con sus amigos.
Dependiendo de cómo y por qué los niños no se están llevando bien, los adultos pueden darles espacio para que resuelvan los conflictos por su cuenta, mientras que, por supuesto, se mantengan lo suficientemente cerca para dar una pequeña orientación – digamos, para modelar el buen comportamiento y hablar a través de los desafíos – o para tomar medidas más serias para mantener a sus hijos en el buen camino. Tú y tu amiga pueden manejar una situación en la que sus hijos estén teniendo problemas compartiendo un juguete demostrando cómo tomar turnos con el juguete y luego dejándolos que intenten tomar turnos por sí mismos. Por otro lado, si una discusión se vuelve más física, es posible que tengan que separarlos si se están golpeando o pateando y llevarlos a un lado para hablar sobre lo que están sintiendo y qué comportamiento está bien y qué no está bien.
Si las reuniones para jugar todavía están escabrosas, es posible que desees hablar acerca de dar pasos más grandes para cambiar las cosas. Tal vez esto signifique un cambio de escenario para futuras reuniones. Si siempre van a una de las casas, esto puede facilitar guerras por territorialidad y herir los sentimientos. Deja que los pequeños jueguen por separado en el mismo lugar, no los fuerces a jugar juntos, o incluso dales un respiro por un tiempo. Asumiendo que puedes hablar de estas cosas cómodamente con tu amiga, puedes discutir cómo crees que deberían manejar mejor el conflicto y seguir adelante.
Disfruta de un tiempo social sin niños
Si los niños parecen llegar a un punto en el que parece que las reuniones de juego no son muy divertidas para nadie en este momento – o si los conflictos están causando demasiado estrés para tí y para tu amiga – no tiene nada de malo pasar algún tiempo juntas sin los niños. El hecho de que ambas tengan hijos no significa que esos niños tienen que llevarse bien, o que estén en el mismo punto de su desarrollo social en este momento. Tampoco significa necesariamente que los pequeños no puedan volver a jugar juntos nunca más – tomar un descanso puede ser una buena manera de romper la tensión antes de tener más reuniones de juego divertidas en el futuro.
Más que eso, pasar tiempo juntas sin sus hijos puede darles la oportunidad de recordar cómo llegaron a ser amigas, y apreciarse una a la otra sin dejar que los desacuerdos se interpongan en el camino. Salir con buenos amigos fuera de los parámetros de las citas de juego – donde a menudo los pequeños son el centro de atención – es importante para tu propia vida social y emocional.