Todo el mundo conoce los síntomas físicos: el gas, las náuseas, la fatiga, etc. Sin embargo, de lo que no se habla tanto es de los síntomas emocionales del embarazo y de cómo pueden afectar a las personas embarazadas. Los síntomas emocionales son una parte importante de tu embarazo, y hacer un seguimiento de los mismos puede decirte más sobre tu bienestar.
¿Por qué el embarazo puede ser una montaña rusa emocional?
Ya sea como resultado de cambios hormonales, cambios en el estilo de vida o solo por razones genéticas, las personas embarazadas experimentan una amplia gama de emociones por un montón de razones.
- Hormonas relacionadas con el embarazo: Cuando estás embarazada, y en particular durante el primer trimestre antes de que tu cuerpo se aclimate, tus niveles hormonales se dispararán para preparar tu cuerpo para el parto. Junto con esta elevación de las hormonas puede venir alguna fluctuación en tu estado de ánimo, porque tu cuerpo simplemente no está acostumbrado a toda esta actividad. Algunas personas informan que sienten emociones más fuertes, o sentimientos de mal humor o ansiedad. Todo es normal, y estas profundas emociones hormonales suelen desaparecer al final del primer trimestre. Los nuevos síntomas y los cambios en el cuerpo también pueden influir en algunas emociones impredecibles, así que recuerda que todas las personas embarazadas pasan por esto.
- Factores ambientales: Además de los cambios hormonales y corporales y de todo lo demás que ocurre dentro y fuera de tu cuerpo, los factores ambientales también pueden afectar en verdad a las emociones a lo largo del embarazo. Muchas personas sienten estrés cuando se preparan para un cambio tan grande, y no hay nada de anormal en cuestionar estos cambios y preguntarse cómo afectarán a su futuro.
- Historial de enfermedad mental: Muchas personas entran en el embarazo con un historial de enfermedad mental. Por ejemplo, el Instituto Nacional de Salud Mental informa que casi una de cada ocho experimentará depresión clínica en algún momento de su vida. Las estadísticas son diferentes para otras enfermedades mentales, pero el punto es el mismo: muchas personas entran en el embarazo con un historial de depresión, ansiedad o alguna otra enfermedad mental. Si eres una de esas personas, es probable que necesites controlar estos síntomas durante el embarazo, y una buena manera de hacerlo es hacer un seguimiento de tus emociones.
Las emociones y tu salud
Sentirse un poco más de depresión o ansiedad durante el embarazo no solo afecta a tu capacidad para disfrutar de los momentos felices y manejar los más difíciles, sino que también podría poner en riesgo tu salud. Las personas que están bajo mucho estrés corren un mayor riesgo de padecer hipertensión arterial y preeclampsia, y están más inclinadas a sufrir dolores de cabeza, insomnio y fatiga. Algunos estudios incluso han relacionado el estrés elevado en el embarazo con problemas para el bebé. En lo definitivo, lo mejor es intentar controlar las emociones de la forma más eficaz posible para ti. Tal vez eso signifique hacer ejercicio con regularidad, dedicar más tiempo a la relajación, ver a las amistades más a menudo, o tal vez signifique ver a un terapeuta o tomar medicamentos. Una buena manera de saber que tus esfuerzos están teniendo éxito es hacer un seguimiento de tus emociones durante el embarazo.
Claro, seguirás teniendo emociones negativas de vez en cuando, pero lo más importante es ser consciente de ellas y de lo que dicen sobre tu bienestar.
El resultado final de llevar un seguimiento
Tus emociones son tan parte de ti como tus latidos o tu flujo cervical. Es normal que las emociones fluctúen durante el embarazo, pero a fin de cuentas, tú eres la mejor defensora de tus sentimientos y emociones, y el seguimiento de tus sentimientos es una de las mejores formas de controlar tu salud a lo largo del embarazo. El registro de los sentimientos y estados de ánimo puede ayudarte a notar los patrones entre ciertos sentimientos que tienes, y lo que comes, cuánto ejercicio haces, tus horas de sueño o cualquier otro sinfín de cosas. Esto puede ayudarte a hacer todo lo que puedas para mantenerte lo más saludable posible. Hacer un seguimiento de tus emociones también puede ayudarte a saber cuándo algo no está del todo bien y cuándo podría ser el momento de llamar a tu proveedor de atención médica.
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Fuentes
- R Grajeda, R Perez-Escamilla. «El estrés durante el trabajo de parto y el parto se asocia con el retraso en el inicio de la lactancia entre las mujeres guatemaltecas urbanas». Revista de Nutrición. 132(10):3055-60. Web. 10/2/2015.
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