El mantenerte hidratada es más importante que nunca cuando estás embarazada, por lo que probablemente sentirás más sed, ¡lo cual es la forma de tu cuerpo de decirte que bebas! El aumento de la sed también se asocia con la boca seca, la micción frecuente y la hinchazón de las extremidades.
¿Qué lo causa?
¡Estás bebiendo por dos! Tú y Bebé necesitan mucha agua para prosperar. Cuando estás embarazada, también vas a estar sudando más para refrescarte y liberar toxinas. El saco amniótico donde Bebé reside durante 9 meses está lleno con fluidos para apoyar su crecimiento, por lo que necesitarás proveerle una buena cantidad de agua. Es posible que tu sed extra sea un síntoma de diabetes gestacional, pero esto sólo ocurre en 5-10% de los embarazos.
¿Consejos?
¡Beber, beber y beber un poco más! Los alimentos salados pueden darte aún más sed, por lo que tal vez quieras eliminar algunos para aliviar la insaciabilidad. El mantenerse alejada de bebidas azucaradas, con cafeína y alcohol también puede ayudar a reducir la sed, ya que estos no son especialmente hidratantes. El apegarte a agua y jugos sin endulzante artificial es la mejor manera de asegurarse de que estés siempre refrescada. No quieres forzarte a beber mucha agua, pero sin duda debes estar consciente de tu ingesta, y si necesitas más o no.
Fuentes
- «The role of amniotic fluid.» PennMedicine. PennMedicine, n.d. Web.