Cuando estás intentando concebir, no siempre está claro si debes empezar a cambiar tus hábitos. ¿Puedes teñirte el pelo? ¿Usar todos tus productos de belleza habituales? ¿Pintarte las uñas? ¿Y qué hay de pintar ese dormitorio extra que podría tal vez ser utilizado como el dormitorio del bebé algún día? La buena noticia es que en los últimos años se ha investigado mucho sobre los efectos que pueden tener ciertas sustancias químicas en las personas en diferentes etapas de desarrollo. La mala noticia es que muchas de las sustancias químicas que han demostrado ser arriesgadas o peligrosas están presentes en la vida cotidiana de las personas.
¿Es inseguro su uso? Conoce los productos domésticos más comunes
Dependiendo de cuál sea tu rutina, puede que tengas que hacer algunos cambios para asegurarte de que tú y tu futuro bebé están lo más seguros posible.
Tinte de pelo
Muchos tintes de pelo son de origen vegetal, por lo que no hay que preocuparse de que el cuero cabelludo absorba sustancias químicas nocivas, y optar por tintes de origen vegetal puede ayudar a limitar cualquier riesgo. También puedes tomar precauciones adicionales usando guantes, hacer el tinte en un espacio con buena ventilación y siguir las instrucciones del paquete. Si te tiñes el pelo con un profesional, puedes informarte sobre los ingredientes del tinte que utilizan.
Esmalte de uñas
Durante el embarazo, muchos expertos recomiendan utilizar, siempre que sea posible, productos sin acetona, incluidos los esmaltes y quitaesmaltes. Dado que las nuevas mamás no saben que están embarazadas durante la primera parte del embarazo, algunas optan por empezar a evitar los productos a base de acetona desde el principio. Algunos de los ingredientes de estos productos, como los ftalatos, también pueden afectar a la fertilidad si te expones a ellos con frecuencia a largo plazo. Los productos sin acetona y una buena ventilación pueden ayudar a limitar la exposición a sustancias químicas que podrían ser nocivas mientras tratas de concebir. Los productos etiquetados como three-free, five-free e incluso seven-free, eight-free y nine-free marcan el compromiso de no utilizar ingredientes que podrían dañinos, y el número corresponde a la cantidad de esos ingredientes que se omiten. Aquí, lo que cuenta es lo que falta.
Productos para la cara y el cuerpo
Los productos como las lociones faciales o los exfoliantes que contienen retinoides, ácido salicílico o peróxido de benzoilo, que se utilizan para tratar y prevenir las arrugas y el acné, pueden ser perjudiciales en grandes dosis durante el embarazo, por lo que muchos médicos sugieren precaver y eliminarlos antes. Algunas alternativas que tienen luz verde son ingredientes como el ácido glicólico, el alfahidroxiácido y la vitamina C.
También es posible que quieras prescindir de productos que contengan parabenos y ftalatos, presentes en todo tipo de productos, desde lociones corporales hasta champús y perfumes. Dado que los parabenos pueden adoptar las características de los estrógenos, existen pruebas de que la exposición a una cantidad excesiva de éstos puede desestabilizar las hormonas y afectar a la fertilidad. Además, la exposición a una gran cantidad de ftalatos se ha relacionado con el nacimiento prematuro y el deterioro del desarrollo neurológico. Por suerte, hoy en día hay cada vez más productos libres de parabenos y ftalatos, por lo que deberías tener una gran cantidad de otras opciones.
Repelente para insectos
Es posible que hayas oído hablar de los efectos secundarios potencialmente adversos de ciertos ingredientes que se encuentran en los repelentes de insectos, como el DEET, pero dependiendo del lugar en el que vivas, lo que es aún más preocupante es el riesgo de estar expuesto a graves enfermedades transmitidas por mosquitos y garrapatas, incluido el virus del Zika. Existen repelentes sin DEET en el mercado, pero para obtener la mejor protección, muchos expertos recomiendan los productos que sí contienen DEET, y ahora hay fórmulas en el mercado que utilizan concentraciones más bajas de DEET que solo hay que aplicar con más frecuencia. Estudios recientes demuestran que el DEET y algunos de los otros ingredientes populares de los repelentes de insectos no causan problemas de salud cuando se utilizan como se recomienda. Los Centros para la Prevención y el Control de las Enfermedades (CDC) recomiendan, de hecho, ingredientes como el DEET, la picaridina, el IR3535 y algunos productos de aceite de eucalipto de limón y para-mentano-diol.
Pintura para la casa
Se recomienda evitar las pinturas a base de aceite, el disolvente y cualquier material de pintura que contenga mercurio o plomo durante el embarazo, y las mujeres que estén intentando concebir también pueden optar por evitar la exposición. Las pinturas a base de látex con éteres de etilenglicol y biocidas, que incluyen la mayoría de las pinturas de interior, no son conocidas por su peligrosidad, pero tampoco se ha estudiado mucho el efecto que pueden tener en el desarrollo temprano del feto. Los disolventes orgánicos como el benceno, el tolueno y el percloroetileno podrían aumentar el riesgo de parto prematuro, el mortinato o defectos de nacimiento. También es un buen momento para pedir ayuda a amistades o familiares si hay algún proyecto de pintura planeado para tu casa.
Productos de limpieza y detergentes
La mayoría de los productos de limpieza son seguros cuando estás intentando concebir, siempre y cuando se usen según las recomendaciones, se usen guantes cuando sea necesario y se trabaje en un área con buena ventilación. Sin embargo, algunos productos con fragancia contienen ftalatos, algunos limpiadores de hornos y cristales contienen éteres de glicol y algunos limpiadores de moho contienen fenoles. No hay pruebas claras del efecto que puede tener cada una de estas sustancias químicas, pero ha habido estudios que sugieren que es posible un efecto negativo y que se necesita más investigación. Los futuros padres que se vean en la necesidad de utilizar estos productos pueden optar por utilizar productos que omitan estas sustancias cuando sea posible, o pueden optar por pedir a su pareja que se encargue de las tareas que implican estos productos químicos durante un tiempo.
Productos ignífugos
Los productos químicos ignífugos están hechos para hacer justo eso: evitar que productos como el aislamiento de edificios, la espuma de los muebles y la tapicería se incendien, pero también pueden tener efectos inesperados. Las sustancias químicas utilizadas en los retardantes de llama no solo permanecen en los productos, sino que pueden pasar a formar parte del polvo, que puede ser ingerido. Esto es importante cuando se trata de concebir o durante el embarazo, ya que los retardantes de llama pueden reducir las posibilidades de embarazarse mediante la tecnología de reproducción asistida y, en las mujeres que están embarazadas, pueden perjudicar las posibilidades de nacimientos vivos. A la hora de comprar nuevos productos, puede ser útil buscar aquellos que estén marcados como libres de productos ignífugos, y con los materiales que ya forman parte de tu vida. Solo asegúrate de lavarte las manos antes de las comidas para ayudar a prevenir la ingestión de cualquier polvo dudoso.
Pesticidas
Comer orgánico es la estrategia más común que la gente utiliza para evitar los pesticidas, pero puede ser más útil limitar la exposición directa a los pesticidas organofosforados de otras maneras, como el uso de estos pesticidas en el jardín o en las mascotas de la familia.
No siempre está claro cuál es el peligro de los pesticidas: ¿qué ingredientes, en qué forma y en qué dosis? Si te encuentras estresada por no poder limitar tu exposición a todas las sustancias químicas probadas y que puedan ser dañinas, ten en cuenta que cuando se trata de la exposición a muchas de estas sustancias, la dosis hace el veneno. Si de vez en cuando usas esmalte de uñas con base de acetona antes de saber que estás embarazada, quizá no tengas que preocuparte. Pero si trabajas en un salón de uñas sin buena ventilación y te expones a este tipo de ingredientes todos los días, la posibilidad de un efecto adverso puede empezar a incrementar. Tu proveedor de atención médica es un gran recurso para orientarte sobre los productos específicos que estás utilizando o a los que estás expuesta.
Leer más:
Fuentes:
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