No hay nada mejor que un buen descanso en la noche. Sin embargo, cuando tu hijo o hija tiene pesadillas o es sonámbulo, puede resultar difícil para todos los miembros de la familia conciliar el sueño. El sonambulismo consiste en que los niños se levantan de la cama y se mueven por la casa durante la noche mientras aún duermen lo suficiente como para no recordar el incidente por la mañana. Las pesadillas son sueños aterradores o desagradables que asustan o alteran al niño.
El sonambulismo afecta alrededor del 15 % de los niños, mientras que casi todos tienen pesadillas de vez en cuando. Si al tuyo se le dificulta un sueño tranquilo y ambos están listos para descansar más, sigue leyendo para saber qué hacer.
Sonambulismo
Si tu hijo o hija se levanta de la cama por la noche, se mueve por la casa en un estado que parece semiinconsciente y al día siguiente no se acuerda de nada, quizá sea sonámbulo. El sonambulismo (enlace en inglés) es más frecuente en los varones que en las niñas y suele ir asociado a orinar la cama. Las causas más frecuentes del sonambulismo son:
- no dormir lo suficiente;
- cambios estresantes en la familia o en el hogar;
- medicamentos;
- tener la vejiga llena;
- dormir en un entorno nuevo o ruidoso.
A corto plazo, querrás mantener a salvo a tu sonámbulo hasta que puedas frenar su comportamiento. Asegúrate de que puede entrar y salir de la cama con seguridad (nada de literas por ahora), y de que aseguras puertas y ventanas para que no pueda salir al exterior. Si le oyes levantado y moviéndose, guíale en silencio y con calma de vuelta a la cama. No intentes despertarles, ya que puedes causarles mucho miedo y disgustos.
A largo plazo, querrás averiguar cuál es la causa de los episodios de sonambulismo. Asegúrate que duerme las horas adecuadas para su edad y, si se producen cambios estresantes en su vida, haz que trabaje con un terapeuta para que sienta más tranquilidad y seguridad. Recordarle que vaya al baño antes de acostarse y asegurarse de que su entorno de sueño sea tranquilo y silencioso también puede ayudar.
Pesadillas
Las pesadillas, que no deben confundirse con terrores nocturnos, son frecuentes durante la infancia y la mayoría de los niños las experimentan en un momento u otro. Los terrores nocturnos implican que griten, hablen, giman y parezcan ansiosos o asustados mientras duermen. No recuerdan los terrores nocturnos por la mañana y no se les debe despertar en medio de uno. Las pesadillas suelen ser mucho más leves y a menudo despiertan a los niños, ya que se sienten asustados y desean el consuelo de sus padres o cuidadores.
Cuando se despierte de una pesadilla y te llama o acude a tu habitación, es útil tranquilizarle y asegurarle que está a salvo. Cuando ya se calme, acompáñale a su habitación y acuéstate a su lado por unos minutos hasta que se sienta mejor y pueda volver a dormirse.
Para prevenir las pesadillas, puedes evitar que vea o se relacione con medios de miedo o que le provoquen ansiedad un par de horas antes de acostarse, o reducir su acceso a los medios de miedo en todo momento. También puedes pasar algunas horas del día hablándole sobre sus sueños aterradores y sobre lo que puede ayudarle a sentir más comodidad y seguridad por la noche.
Aunque la mayoría de los niños tienen pesadillas de vez en cuando, si notas que tiene pesadillas con una frecuencia cada vez mayor, siente tanto miedo que le cuesta conciliar el sueño más tarde o tiene pesadillas recurrentes sobre las mismas cosas, puede ser útil hablar con el pediatra. A veces, los acontecimientos vitales estresantes, los traumas u otros problemas subyacentes pueden desencadenar pesadillas, y el pediatra puede ayudarte a buscar el apoyo necesario para que duerma mejor.
Aunque ningún trastorno del sueño es agradable, la mayoría pasan con el tiempo y un poco de atención extra. Dormir bien es importante para ti y para tu hijo o hija, así que, si las cosas parecen inmanejables, aunque sepas que pasarán, no dejes de pedir ayuda y apoyo para salir adelante.