Escritor por el personal de Wonderschool
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Casi nada en el desarrollo de un niño ocurre de forma aislada: sus capacidades físicas, lingüísticas y cognitivas se desarrollan al mismo tiempo, ¡con 1 millón de conexiones neuronales por minuto en el cerebro de un niño pequeño (enlace en inglés)!
Dado que todas las partes de su desarrollo están tan interconectadas, la mayoría de las veces, si quieres ayudarle a aprender una habilidad concreta, tendrás que prestar atención a otras áreas del desarrollo que a veces aparentan no estar relacionadas. Aprender a escribir es el ejemplo perfecto de ello: hay once habilidades relacionadas con el éxito de la escritura, y algunas de ellas no tienen nada que ver con el acto de poner el lápiz sobre el papel (por así decirlo). Sigue leyendo para saber más sobre estas habilidades y formas divertidas de apoyar su desarrollo.
1. Fuerza de la parte superior del cuerpo y control postural
En general, el desarrollo se produce de dentro a fuera y de los músculos grandes a los más pequeños, lo que significa que empieza por el núcleo y se desplaza hacia los brazos y las piernas. Escribir requiere fuerza en el tronco, los brazos y los hombros: los niños necesitan poder sentarse sin cansarse y ejercer control sobre hombros y brazos. Trepar en el parque de juegos, jugar a la rayuela y gatear como los animales son formas estupendas de desarrollar esta fuerza.
2. Fuerza de manos y dedos
Sostener un lápiz requiere músculos de la mano y los dedos para poder manipularlo con eficacia y fuerza suficiente para evitar la fatiga. Si te fijas en cómo dibuja un niño pequeño, verás que el movimiento empieza en sus hombros. A medida que los niños se desarrollan, y fortalecen sus manos y dedos, ese movimiento acabará surgiendo de estos músculos más pequeños. La plastilina es la herramienta perfecta para desarrollar esta fuerza.
3. Dominio de la mano
Desarrollar el dominio de la mano (enlace en inglés) es un paso importante en el desarrollo por varias razones, pero en particular por la eficiencia. A medida que desarrolla el dominio de la mano, podrá realizar ciertas tareas (como escribir y cortar) con mayor rapidez y precisión. Este tipo de movimientos de la mano se volverán más automáticos, lo que significa que requerirán menos energía cerebral y concentración, liberando el cerebro para centrarse en otras cosas más complejas. El dominio de la mano debería desarrollarse entre los 2 y 4 años y está relacionado de manera significativa con la siguiente habilidad de nuestra lista, cruzar la línea media.
4. Cruzar la línea media
Cruzar la línea media (enlace en inglés) es la capacidad de cruzar al otro lado del cuerpo. Se trata de una habilidad vital que permite al niño establecerse en una mano dominante. Si es incapaz de cruzar la línea media, solo utilizará la mano derecha en el lado derecho del cuerpo y la mano izquierda en el lado izquierdo del cuerpo, retrasando la dominancia de la mano. Un baile como el Hokey Pokey o pintar en un caballete es una actividad excelente para practicar el cruce de la línea media.
5. Coordinación mano-ojo
La capacidad de utilizar lo que ven nuestros ojos para realizar algo con las manos es esencial para escribir y dibujar. Los juegos de pelota son una forma divertida de practicar la coordinación mano-ojo, ya sea jugando a atrapar la pelota, golpeándola en un tee de béisbol o jugando con un balón atado a una cuerda.
6. Integración bilateral
La integración bilateral significa coordinar el uso de ambas manos a la vez. Piensa en escribir: necesitas utilizar una mano para estabilizar y sujetar el papel, mientras que la otra se encarga de escribir. Cortar con tijeras es otro buen ejemplo: una mano sujeta el objeto que se va a cortar y la otra manipula las tijeras. Recortar, trazar y aplaudir son formas estupendas de practicar la integración bilateral.
7. Manipulación de objetos
Ser capaz de controlar una herramienta como un cepillo de dientes, un tenedor o un cepillo para el polvo está relacionado de cerca con ser capaz de manipular un lápiz o un marcador. Ensartar cuentas en limpiapipas o cuerdas es una actividad estupenda para desarrollar estas habilidades, al igual que tareas sencillas de autocuidado como cepillarse el pelo y los dientes.
8. División manual
La división manual es la capacidad de completar una tarea utilizando algunos dedos pero no otros. Piensa en sujetar un puñado de monedas y utilizar el pulgar y el puntero para introducirlas de una en una en una ranura. Esto es utilizar la división manual. Dale la oportunidad de practicar con objetos pequeños, como canicas, monedas o botones. Pídele que sostenga un puñado de monedas mientras las clasifica en distintos cuencos o las alinea en fila sobre la mesa.
9. Lenguaje posicional
Comprender palabras como encima, debajo, arriba, abajo y alrededor es necesario para aprender a escribir letras. Jugar a un juego como «Veo, veo» en el coche o durante un paseo es una forma estupenda de que practique lenguaje postural (enlace en inglés) en su rutina diaria.
10. Percepción visual
La percepción visual es la capacidad del cerebro para percibir lo que ven los ojos. Es importante saber diferenciar las letras (piensa en «b», «d» y «p»). La percepción visual puede desarrollarse a partir de las conversaciones que mantiene con la familia sobre lo que observa en el mundo que le rodea o con algo más específico como clasificar distintos tipos de pasta seca.
11. Agarre del lápiz
Por último, la escritura requiere la capacidad de sujetar un lápiz con la pinza adecuada. Tu hijo o hija pasará por distintas etapas en el proceso de sujetar un lápiz y es posible que cambie de agarre mientras lo hace. Dale la oportunidad de explorar y practicar con distintos utensilios de escritura y dibujo. Utilizar lápices de colores cortos y gordos o esos pequeños lápices de golf puede ser útil para animar a los niños a avanzar hacia el objetivo final del agarre de pinza.
Puede que algunas de estas habilidades te sorprendan, pero piénsalo de esta manera: no podemos ejercer tanta energía y atención a la vez. Si un niño dedica toda su atención a sentarse y sujetar un lápiz, no le quedará mucho tiempo para escribir.
Piensa en cuando aprendiste a escribir a máquina: sabías leer y escribir, solo que no sabías dónde estaban las teclas del teclado. Seguro que al principio tecleabas despacio, buscando las letras adecuadas. Una vez que aprendes dónde están las teclas y desarrollas la memoria muscular, la mecanografía deja de ser un obstáculo para expresar tus ideas. Aprender a escribir es parecido. Dale la oportunidad de dedicar tiempo a estas actividades divertidas y prepárale para ser un escritor de éxito.
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Revisado por el equipo clínico de Ovia Health