Kristen Winiarski
Cuando a tu hijo o hija le cueste hacer las tareas, es posible que quieras intervenir y ayudarle a resolver el problema en lugar de dejar que lo haga de manera independiente.
Aunque puede resultar difícil, los niños crecen resolviendo cosas difíciles por sí mismos. Les ayuda a adquirir la confianza necesaria para enfrentarse a problemas aún más complicados en el futuro, pero hay un delicado equilibrio entre aprender y sentirse abrumado.
Cuando decides ayudarle con las tareas de forma intencionada, fomentarás el aprendizaje y te asegurarás de que sienta el respaldo.
Dale tiempo de inactividad
Si está realizando una tarea complicada o tiene dificultades para empezarlas, ofrécele un descanso en lugar de lanzarte a ayudarle. Es posible que necesite correr o comer una merienda antes de poder concentrarse de verdad. Si empieza demasiado deprisa, es posible que no pueda concentrarse o que quiera apresurarse para llegar a las actividades posteriores a las tareas.
Crea un entorno propicio para el aprendizaje
Puede que quiera hacer otra cosa (cualquier cosa) que no sean las tareas, ¿y puedes culparle? Considera la posibilidad de crear un espacio en casa dedicado al aprendizaje donde pueda hacer las tareas. Deja en este espacio lápices, papel y cualquier otro material que pueda necesitar.
A todos nos va mejor con un poco de separación entre el trabajo y el juego, y los niños no son diferentes. Disponer de una zona exclusiva con pocas distracciones puede animarle a centrarse en sus tareas de forma eficiente para poder volver a las cosas divertidas.
Establece una rutina para hacerlo
Establece una rutina para las tardes en familia que le ayude a hacer las tareas. Por supuesto, no todas las noches serán iguales, pero si los niños entienden en general qué esperar cuando llegan a casa, puede ayudarles a superar el obstáculo de sentarse a hacer las tareas.
Supervisa las asignaciones
A algunos padres les puede resultar útil saber qué asignaturas estudia en la escuela y conocer las expectativas del maestro. Por ejemplo, si sabes que la maestra le da 20 minutos de lectura cada noche, puedes comprobar que lo hace. Además, algunos niños estarán hiperconcentrados en las instrucciones específicas de la maestra. Entender cómo son esas expectativas es el primer paso para que tu hijo o hija sepa que estás ahí para apoyarle.
Proporciona orientación y apoyo
Aunque no debes hacerle las tareas, sí puedes orientarle. En lugar de darle respuestas, plantéale preguntas que le hagan pensar («¿cómo crees tú que se escribe ‘piscina’?»). Si tiene problemas con las instrucciones, enséñele a dividir los problemas (enlace en inglés) en partes más manejables. Este ejercicio puede ayudarle a utilizar la lógica y a averiguar cómo estructurar un proyecto grande en pasos más pequeños, lo que hace que las tareas parezcan mucho menos desalentadoras. Cuando los niños son capaces de superar tareas difíciles, adquieren confianza en sí mismos y se sienten capaces de resolver problemas y cuestiones complicadas en el futuro.
Aunque no nos gusta ver a nuestros hijos pasar apuros, a menudo es ahí donde se produce el crecimiento y el aprendizaje. Respira, ¡tú puedes!
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Fuentes
Layton, Julia. «How much should you help with homework in third grade?» How Stuff Works. How Stuff Works. https://people.howstuffworks.com/how-much-help-with-homework-in-third-grade.htm.