Kristen Winiarski
Viajar con niños parece estresante, pero con la preparación adecuada no tiene por qué serlo. Hay formas de aliviar la ansiedad de los viajes y disfrutar de las escapadas. Todo empieza por planificar con antelación, anticiparse a los retos y no preocuparse por los pequeños detalles. ¡A viajar se ha dicho!
Inclúyeles en la planificación
¿A quién no le gusta planear unas vacaciones divertidas? Incluirles en la planificación les ayudará a sentirse incluidos y a entusiasmarse con esta nueva aventura. Además, pueden ofrecerte nuevas ideas que ni siquiera habías pensado y les dará algo de qué hablar durante el trayecto.
Anticipa a los detonantes
Hay algunos detonantes que casi con toda seguridad provocan una crisis: el aburrimiento, el hambre, el cansancio y una temperatura incómoda. Para evitar estos problemas, dile que elija una actividad para evitar el aburrimiento, prepara meriendas y agua, planifica un tiempo de descanso y encuentra formas de refrescarse un poco. Básicamente, anticipar los detonantes antes de que se produzcan para estar preparada.
No planifiques demasiado
Los niños tienden a vivir el momento y quieren disfrutar al máximo de una actividad. En lugar de apresurarse a incluir el mayor número posible de experiencias en el día, intenta darle un poco más de tiempo si en realidad está disfrutando con algo. Tomarse tiempo para bajar el ritmo también puede ayudar a que sean unas vacaciones aún más relajantes para ti.
Dejar que elija entre actividades
Ofrécele tus hijos opciones específicas entre las que elegir a la hora de realizar actividades. Darles rienda suelta o hacerles preguntas vagas puede confundirles. En lugar de eso, reduce las opciones. Una vez que elijan algo, se sentirán dueños de la actividad y estarán más dispuestos a participar.
Ten en cuenta el mareo
Esto era un problema mucho mayor cuando mis hijos tenían menos de cinco años. Yo misma sufrí mareos graves durante mi infancia, e incluso ahora los experimento a veces (no, no todos nos recuperamos de ellos). Si tus hijos tienden a marearse en el automóvil o en el avión, hay algunas cosas que puedes hacer para ayudarles.
Primero, consulta a tu proveedor de atención médica sobre el dimenhidrinato (Dramamine). El dimenhidrinato puede ayudar a frenar las náuseas, pero puede adormecerle un poco. Segundo, no le dejes leer en el automóvil ya que puede empeorar mucho esa sensación. En su lugar, busca un audiolibro interesante o haz que miren por la ventana. Tercero, aunque parezca un poco contraintuitivo, asegúrate de que coman antes de salir. Viajar con el estómago vacío puede empeorar el mareo.
Trae libros, rompecabezas y una tableta (si tienes)
Mientras estén de viaje o de vacaciones, habrá algún tiempo de inactividad (¡esperamos!). Pero es posible que los niños con mucha energía no disfruten tanto del tiempo de descanso como los adultos. Asegúrate de llevar algunos de sus libros favoritos y rompecabezas para mantenerlos ocupados y entretenidos.
Si viajas en avión, quizá quieras meter en la maleta un cuaderno y algunos lápices de colores para hacer algo en el aeropuerto. Una tableta o un libro de pegatinas también pueden ser útiles.
Deja que documenten el viaje
Agarra un móvil viejo o una cámara digital y deja que documente el viaje a su manera. Te sorprenderán los momentos que capta cuando está detrás de la cámara.
No olvides la hora de dormir
Los niños necesitan una rutina, y los viajes, por definición, la alteran. Piensa en las partes de su rutina para relajarse y acostarse que puedes seguir haciendo fuera de casa. Por ejemplo, puede ser útil llevar un peluche especial, una almohada o una caja de música. Disponer de estas comodidades del hogar hará que le resulte más fácil conciliar el sueño cuando se encuentre en un lugar nuevo.
Aunque viajar con niños (enlace en inglés) puede ser estresante, también puede ser muy divertido. Podrán crear juntos momentos especiales que siempre recordarán, ¡haciendo que el viaje valga la pena!