Es bastante común tener métodos de crianza opuestos. Al fin y al cabo, tanto tú como tu pareja han recibido la influencia de su propia educación, así como de diversas normas culturales y comunitarias. Pero cuando sus estilos de crianza chocan, pueden surgir problemas, tanto para la relación como para los hijos. Y si compartes la crianza con una expareja, muchos de estos consejos también son válidos.
A continuación, te ofrecemos una guía rápida sobre cuatro cosas que puedes hacer para reducir los conflictos y transmitir mensajes coherentes a tu hijo o hija, incluso cuando tengan puntos de vista diferentes.
Identifica tu estilo de crianza
Hay muchos estilos y métodos de crianza populares. Más reciente, algunas de las más populares son:
- Crianza responsiva (también llamada crianza respetuosa) se centra en sintonizar con las necesidades y emociones del niño. El objetivo es crear una relación positiva entre padres e hijos y ayudarles a aprender a manejar sus emociones.
- Crianza con apego también se centra en la capacidad de respuesta y promueve la idea de que el desarrollo temprano del cerebro se fomenta ofreciendo de manera constante al niño formas de conectar contigo.
- Crianza con autoridad se centra en la enseñanza de conceptos como el «andamiaje» y las altas expectativas de comportamiento.
Por supuesto, existen muchos más estilos, incluidos algunos que implican castigos severos o negligencia. ¿En qué punto te encuentras tú y tu pareja? Comprender el estilo de cada uno puede ayudarte a entablar una conversación productiva sobre el punto de vista de cada uno y sobre cómo encontrar un punto intermedio. Porque encontrar la armonía, como la mayoría de las cosas, implica compromiso.
Colaborar en el método
Sea cual sea el estilo de crianza que más te convenga, tus hijos florecerán con la coherencia. Tu pareja (y/o los miembros de la familia que cuidan de tu hijo o hija) y tú pueden colaborar en diversas estrategias para preocupaciones comunes como qué hacer ante las rabietas, las batallas a la hora de dormir y los grandes sentimientos. Es difícil para los niños gestionar cualquier situación difícil cuando la respuesta de cada padre es muy diferente. A los niños les encanta la coherencia, ya que les ayuda a no sentir confusión o inseguridad, o a no intentar «dividir y conquistar» a los dos utilizando las diferencias entre los padres en su propio beneficio.
Mantener un frente unificado
Es importante respaldar a tu pareja, siempre y cuando esté siendo seguro. Si hacen algo con lo que no estás de acuerdo, háblale después en privado en lugar de discutir delante de tu hija o hijo. Esto último puede socavar su autoridad y le puede provocar ansiedad e incomprensión a tu hijo o hija. A todos se nos presentan situaciones de crianza en las que nos equivocamos, y no pasa nada por volver a hablar con tu hija o hijo y disculparte por una respuesta hiriente o inapropiada. Aunque no podemos volver a hacerlo, sí podemos dedicar tiempo a reparar y aprender.
Planifica chequeos semanales
Siempre surgirán nuevas decisiones sobre la crianza de los hijos, por lo que puede ser una buena idea dedicar un tiempo semanal a reevaluar el método o a proponer otros nuevos. A medida que crece, por ejemplo, tendrás que decidir cuál es tu postura sobre temas como los teléfonos inteligentes, las redes sociales o los noviazgos.
Además, la evolución de su personalidad puede provocar nuevos conflictos en la crianza. Para evitar que las diferencias estresen tu relación, intenta ver siempre a tu pareja como tu aliado. Incluso cuando cometan errores como padres, puedes optar por perdonarle y apoyarle. Al fin y al cabo, ¿no te gustaría que ellos hicieran lo mismo? La forma en que toman la crianza juntos es algo visible para tu hijo o hija a medida que crece, y le beneficia saber que valoras y dedicas tiempo al proceso.
Revisado por el equipo clínico de Ovia Health