Este artículo se publicó originalmente en Elektra Health.
La historia
Durante buena parte de nuestra vida, la menopausia es uno de esos conceptos de «ojos que no ven, corazón que no siente».
Por supuesto, todas sabemos que acabará ocurriendo, pero parece tan lejano hasta que deja de serlo.
Es habitual que la menopausia te agarre por sorpresa y, aunque no hablamos lo suficiente de la preparación para la menopausia, saber qué puedes esperar es muy útil. Desglosemos todo lo que hay que saber sobre las causas, el momento y el control de los síntomas.
Cuándo, cómo y por qué
Durante la transición menopáusica, la producción corporal de dos hormonas femeninas clave, estrógeno y progesterona, empieza a disminuir poco a poco. Esto ocurre hasta que llegas a la menopausia. Habrás llegado de manera oficial a la menopausia cuando lleves 12 meses consecutivos sin una menstruación.
Como puedes ver aquí, la progesterona empieza a disminuir primero, y el descenso es pronunciado. El estrógeno sigue el mismo curso pero fluctúa mucho a medida que disminuye. La testosterona también disminuye en una pendiente gradual.
En las sociedades occidentales, la persona media llega a la menopausia a los 51 años, pero muchas empiezan a experimentar síntomas, como periodos irregulares y bochornos, entre 8 y 10 años antes. Esta etapa se conoce como perimenopausia (también conocida como «alrededor de la menopausia»). Al llegar a la menopausia, los ovarios dejan de liberar óvulos y de producir estrógeno.
Muchas de nosotras asumimos que la menopausia significa que estamos destinadas a sentirnos cansadas, desinfladas y desganadas durante años y años, lo que simplemente no es el caso. Como dijo una vez Oprah Winfrey: «Muchas mujeres con las que he hablado ven la menopausia como un final. Pero he descubierto que este es tu momento para reinventarte después de años de centrarte en las necesidades de los demás. Es tu oportunidad para tener claro lo que te importa y luego perseguirlo con toda tu energía, tiempo y talento».
Síntomas de la perimenopausia y la menopausia: qué esperar
En un mundo ideal, podríamos empaquetar los síntomas de la perimenopausia, la menopausia y la posmenopausia en cajas ordenadas y bien organizadas y sacar uno por uno. Por mala suerte, la menopausia no es única y cada mujer experimenta la transición de forma diferente.
«La experiencia puede variar de una persona a otra, así como entre grupos étnicos y culturales y diferentes países y regiones del mundo», afirma la Dr. Barbieri.
Dicho esto, las investigaciones apuntan a ciertas pautas y tendencias. Por ejemplo, sabemos que los síntomas por lo usual asociados a la menopausia (hay unos 34) los experimentan en realidad la mayoría de las mujeres durante la perimenopausia tardía, alcanzando su punto pico durante los dos últimos años debido a una caída acelerada de los niveles de estrógenos. A continuación se enumeran los más comunes:
- bochornos/sudores nocturnos,
- periodos irregulares,
- sequedad vaginal y molestias durante las relaciones sexuales,
- urgencia e incontinencia urinaria,
- dificultad para dormir,
- cambios emocionales (p. ej., irritabilidad, cambios de humor, ansiedad/depresión),
- piel, ojos o boca secos.
Posmenopausia
Una vez alcanzada la menopausia (12 meses sin menstruación), se entra de manera oficial en la posmenopausia. Muchas mujeres pasarán 8, 9, 10 meses y pensarán que están a salvo y entonces les vendrá el periodo, momento en el que el reloj vuelve a empezar.
Una vez pasada la menopausia, muchos síntomas tienden a remitir y algunos pueden persistir, como los síntomas vaginales y urinarios. Y, por desgracia, existen algunas implicaciones para la salud a largo plazo derivadas de la posmenopausia. Las mujeres posmenopáusicas tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiacas, diabetes y osteoporosis.
Por lo tanto, la transición a la menopausia es el momento de tomar medidas para ayudar a prevenir esas condiciones estableciendo hábitos saludables, cuidándote y siendo proactiva a la hora de recibir el cuidado de la salud que te mereces.
A menos que suframos una menopausia «repentina» o prematura por razones médicas, pasaremos un tercio o más de nuestra vida en la posmenopausia. Es mucho tiempo, por lo que es importante saber qué tratamientos existen. Es cierto que algunos síntomas pueden ser inevitables, pero aún hay formas de actuar y controlar el impacto que tienen en tu vida. Se trata de optimizar tu salud a largo plazo.
Cambios en el estilo de vida durante la menopausia
Los cambios en el estilo de vida son primordiales para templar los síntomas de la menopausia y la posmenopausia, sin importar si estés considerando o no tratamientos adicionales, como el tratamiento de reemplazo hormonal. Por fortuna, las investigaciones demuestran que pueden ser tan eficaces como la medicación y, en ocasiones, incluso eliminar su necesidad. Y la buena noticia es que no importa si acabas de empezar la perimenopausia, si has entrado de lleno en la menopausia o si estás disfrutando de lo que muchos consideran la liberación sin menstruación de la posmenopausia.
Introducir cambios saludables en el estilo de vida a cualquier edad puede mejorar en gran medida los síntomas, los niveles de energía y la salud en general. En otras noticias, nunca es demasiado pronto y nunca es demasiado tarde.
«Las hormonas se ven muy afectadas por el estado de ánimo, los niveles de estrés, el sueño, el ejercicio y la nutrición», afirma la Dra. Eva Selhub, MD, médico, autora y experta en resiliencia. Tanto es así que los estudios han demostrado que una dieta rica en alimentos integrales, en particular vegetales, está inversamente correlacionada con los síntomas de la menopausia.
Aprovecha tu comunidad
También recomendamos crear un «equipo de apoyo a la menopausia». Empieza por repasar la lista de síntomas, anotando tu experiencia con cada uno de ellos en una escala del 1 al 10 (del menos molesto al más) y prioriza los que debes abordar primero. Puedes hacer un seguimiento de toda esta información en tu aplicación Ovia. Lleva esta lista a tu próxima cita médica para examinarla.
Es esencial que tengas un proveedor que te escuche y esté informado sobre la experiencia con la menopausia. Y es muy posible que un proveedor que te ha encantado no sea el adecuado para esta nueva etapa. Evalúa hasta qué punto sientes comodidad haciendo preguntas sobre tus síntomas, hasta qué punto confías en las respuestas y cómo te sientes al salir de las citas.
¿Sales sintiéndote informada y segura de los próximos pasos? De no ser así, o si crees que tu proveedor no te escucha, búscate otro. Contar con un proveedor de atención médica en tu equipo con una profunda formación y comprensión de la menopausia es clave para prosperar durante este periodo de la vida.
Busca el apoyo de familiares y amigos: cuantas más conversaciones mantengas, más contribuirás a acabar con el estigma que rodea a la menopausia y que impide a tantas personas compartir sus experiencias.
En dado momento, 50 millones de mujeres o más en EE.UU. están experimentando la menopausia, y un 16 % nunca habla de ello con nadie en absoluto. ¡Eso tiene que cambiar!
Cambios en el estilo de vida
Además de crear un «equipo de apoyo para la menopausia», considera la meditación y la atención plena para controlar el estrés y otros síntomas psicológicos asociados a la menopausia. «Estas técnicas», explica la Dr. Selhub, «… permiten manejarlas mejor sin angustia».
Además de la nutrición, la actividad física, el sueño y las intervenciones de la mente y cuerpo, hay una serie de remedios botánicos y suplementos que pueden ayudar, como las isoflavonas de soya, la cimicifuga racemosa y la vitamina B6. Sin embargo, al igual que el tratamiento de reemplazo hormonal, algunos conllevan riesgos, efectos secundarios e interacciones con otros medicamentos, por lo que es importante que evalúes con cuidado tus opciones y consultes primero a tu proveedor de atención médica.
Tratamientos para la menopausia
Una de las terapias más eficaces para la menopausia es el tratamiento de reemplazo hormonal (TRH), que consiste en tomar una forma suplementaria de estrógeno, o de estrógeno y progesterona, para equilibrar ambos y sustituir lo que el cuerpo ya no produce de forma natural.
Como ocurre con todos los medicamentos, existen beneficios y riesgos. En el caso de la TRH, los beneficios pueden incluir la mejora de los bochornos, los sudores nocturnos, el sueño, el estado de ánimo, el deseo sexual y la densidad ósea, entre otros.
A pesar de que, en la actualidad, la Sociedad Norteamericana de Menopausia (North American Menopause Society, NAMS, en inglés) considera que la TRH es segura y eficaz para la mayoría de las mujeres menopáusicas (en particular cuando se inicia antes de los 60 años o en los 10 años siguientes a la menopausia), sigue siendo un tema muy debatido y, a menudo, incomprendido. Cuando se tienen en cuenta factores como los antecedentes de salud y las condiciones médicas, así como el tipo, la dosis y la duración de la terapia, los beneficios de la TRH pueden superar a los riesgos. Habla con tu proveedor de atención médica para encontrar la opción más adecuada para ti.
Recuerda que también existen opciones de prescripción no hormonales, incluidos ciertos antidepresivos, que pueden utilizarse para los síntomas graves, en especial para las mujeres que no pueden o no desean probar terapias hormonales.
¿El resultado final? Sí, la menopausia conlleva síntomas. No, no estás sola en lo que estás experimentando. Los medicamentos y suplementos pueden desempeñar un papel importante, pero no subestimes el poder de la nutrición, el ejercicio, el sueño de calidad y el control del estrés.
Reestructurar la forma de pensar sobre la menopausia también es en verdad poderoso. Por ejemplo, puedes convertir este momento en una oportunidad para dar un paso atrás, renovar tu identidad y fijar objetivos futuros.
Muchas de nosotras estaremos jubiladas o tendremos el nido vacío y dispondremos de más tiempo, lo que es perfecto para pensar en qué actividades nos gustaban antes y para las que no hemos tenido tiempo últimamente. O bien, ¿en qué nuevos intereses quieres sumergirte? Desafiarnos a nosotras mismas de formas nuevas no solo mantendrá sano nuestro cerebro, sino que también nos ayudará a combatir el estrés, a mantenernos presentes y a perseguir pasiones ya bastante postergadas.
Sea cómo te sientas con respecto a esta transición, el primer paso es encontrar un experto que pueda ayudarte a recorrer el camino que tienes por delante.